El Celta B quiere soñar. Cuando quedan ya solo seis jornadas para finalizar la Liga, el conjunto de Rubén Albés apura sus opciones de disputar el play off de ascenso. Y lo hace gracias a su racha de tres victorias consecutivas y a contar por triunfos sus últimos cuatro compromisos en Barreiro. El campo vigués ya había visto caer al anterior líder de la categoría, el Fuenlabrada (2-1), y este domingo vio cómo el Rayo Majadahonda, que llegaba a Vigo también en la primera plaza, doblaba la rodilla ante el filial céltico. Dos goles en una gran primera mitad encarrilaron el partido para un conjunto local que supo sufrir en la segunda parte, a pesar de disputar muchos minutos con un jugador más, y que sentenció ya en los instantes finales con una buena acción individual de Dani Molina y una excelente definición de Agus Medina.

El mayor número de efectivos en la parcela central permitió a los visitantes dominar de inicio la posesión de balón ante un Celta B muy bien posicionado, alternando la presión en área rival con un buen repliegue sin dejar espacios para que los visitantes pudiesen generar peligro. Mientras, el filial céltico apostaba menos por el juego de toque habitual y fiaba sus opciones a la verticalidad y rapidez de sus atacantes.

De hecho, los locales pudieron inaugurar el marcador a punto de cumplirse el minuto 10 de juego, en un veloz contragolpe en el que Dennis Eckert encontró la internada de Agus Medina por banda derecha. Pero este falló en el último pase y en la acción siguiente, con el Celta B descolocado, De Frutos encontró un pasillo en la banda derecha para plantarse solo ante Sotres y disparar al lateral de la red.

Los pupilos de Rubén Albés siguieron haciendo mucho daño a su rival con los balones al espacio y acumulaban opciones de gol. Drazic pudo lograrlo en dos acciones casi consecutivas. Primero, tras una buena acción personal de Dennis Eckert por banda derecha que no llegó a rematar por muy poco. Y un suspiro después, al rematar potente pero excesivamente centrado un genial pase de Dani Molina para dejarle solo delante de Basilio.

La insistencia céltica tuvo su premio en el minuto 22. Juan Ros desarmó toda la presión del Rayo Majadahonda con un pase entre líneas para Drazic, que tuvo tiempo para girarse y buscar la carrera de Eckert. El alemán, muy listo, dejó correr la pelota para acabar encontrando una buena posición y superar al meta visitante con un potente disparo raso y cruzado.

La reacción del Rayo Majadahonda llegó casi a la media hora de juego gracias a una peligrosa falta en la frontal del área ejecutada por Carlitos a la que respondió muy bien Sotres despejando de puños.

El encuentro había entrado en una fase de mayor equilibrio, sin tener ahora un dominador claro, hasta que Dani Molina sirvió una falta lateral para la subida por banda izquierda de Juan Hernández. Su intento de devolver de primeras el balón al área se encontró con la mano de Andújar y la decisión del colegiado, tras unos segundos de duda, de pitar penalti. Una pena máxima que Juan Hernández no desaprovechó para establecer el 2-0.

Y ante un Rayo Majadahonda muy tocado, el Celta B buscó dar un golpe definitivo al choque antes del intermedio. Pudo conseguirlo en otra veloz salida por banda derecha de Agus Medina, que buscó la llegada en el segundo palo de Juan Hernández, quien, muy forzado, solo pudo rematar fuera.

Cambio de esquema

Iriondo, técnico visitante, aprovechó el intermedio para recolocar a su equipo y dar entrada a Dani Pichín por Coto, cambiando tanto el esquema como la actitud de los suyos. Los madrileños ahora sí tenían encerrado a un Celta B que ya no encontraba posibilidad de réplica. Y sin esos veloces contragolpes, el Rayo Majadahonda empezaba a sentirse cómodo y a creer en la posibilidad de un gol que le permitiese engancharse al partido.

El recién entrado Pichín, con un buen taconazo, habilitó la llegada de Óscar para colocar un centro que Jeisson, bien tapado por Robert Costa, no pudo rematar con claridad. Era el primer aviso de una segunda parte que no pintaba bien para los intereses célticos. Hasta que poco después De Frutos vio la segunda tarjeta amarilla y dejó a su equipo en inferioridad (min. 59).

A pesar de contar con un jugador menos, el Rayo Majadahonda seguía llevando totalmente la iniciativa aunque careciendo de profundidad y sin generar peligro alguno ante un Celta B que empezaba a sentirse más cómodo. Así, mediada la segunda parte, un robo de Alende originó un velocísimo contragolpe iniciado por Agus Medina y continuado con un centro de Eckert para la llegada del propio Alende, que remató alto.

Enredado en su fútbol combinativo, los visitantes continuaban sin inquietar lo más mínimo a un Sotres que solo tuvo que esforzarse para repeler a córner un disparo lejano de Andújar. Eso sí, todavía existía la posibilidad de un gol madrileño que pudiera dotar de interés a los instantes finales. Sin embargo, una gran jugada individual de Dani Molina en banda derecha abortó de raíz esa opción. Después de deshacerse de un par de rivales, Molina encontró dentro del área pequeña a Agus Medina, quien, casi sin espacio, inventó una genialidad en la definición para firmar el 3-0 y cerrar definitivamente el choque. Porque los diez minutos finales, con un conjunto visitante totalmente desquiciado, solo sirvieron para vivir una expulsión más por bando por doble cartulina amarilla (Alende por el Celta B y Carlitos por el Majadahonda) y un puñado de tarjetas más.