Buenas noticias para el Celta en torno a la lesión sufrida el pasado domingo por Rubén Blanco durante el calentamiento del partido que enfrentó en Balaídos al Celta y al Málaga. La ecografía practicada ayer tarde al portero celeste descarta una lesión de importancia en el tendón de Aquiles izquierdo, aunque ha detectado una periotendinitis (inflamación del tendón) que mantendrá al jugador entre 10 y 15 días de baja. Tan favorable pronóstico hace pensar a los médicos que el guardameta mosense estará a disposición de Juan Carlos Unzué para enfrentarse al Athletic Club en San Mamés, el próximo día 31, a la vuelta del parón liguero.

Rubén se lesionó en un mal apoyo tras un salto durante el calentamiento del partido disputado en Balaídos ante el Málaga, un contratiempo que devolvió a Sergio Álvarez la titularidad en la portería y obligó a llamar a toda prisa al portero del equipo juvenil Fran Vieites, que se encontraba en Barreiro convocado con el filial, para que ejerciese de reserva del catoirano en el banquillo de Balaídos.

La escasa importancia del problema supone todo un alivio para un jugador cuya trayectoria en el primer equipo ha estado lastrada por una infortunada sucesión de lesiones. Problemas físicos de toda índole han castigado al cancerbero mosense desde su segunda temporada de facto en el primer equipo en el curso 2015-16, con Eduardo Berizzo al frente del banquillo.

Dos temporadas antes, Rubén había protagonizado, con solo 17 años, uno de los debuts más prometedores que se recuerdan de un canterano. Las lesiones de Javi Varas y Sergio Álvarez le hicieron saltar al ruedo en Valladolid con el Celta jugándose el descenso y el mosense contribuyó de forma decisiva a la milagrosa salvación del equipo, demostrando una madurez impropia de un futbolista de su edad en los dos últimos partidos de Liga.

Luis Enrique postergó al año siguiente su salto al primer equipo -contó con Yoel y Sergio-, pero la marcha del asturiano y la llegada de Berizzo le permitieron dar por fin el salto a la primera plantilla.

En la primera campaña como profesional, el mosense vivió a la sombra de Sergio, disputando un único partido, contra el Espanyol, en la última jornada de Liga. Desde entonces le ha perseguido la desgracia.

El siguiente curso lo inició Rubén como titular ante el Levante en el Ciutat de Valencia, pero una luxación de clavícula le impidió concluir el choque. La lesión lo mantuvo diez semanas de baja y casi tres meses sin jugar y lo apartó de la titularidad por el resto del curso, que concluyó con solo siete partidos a sus espaldas.

No le fueron mejor las cosas la siguiente temporada. Se lesionó en la rodilla en pretemporada y estuvo los seis primeros partidos de baja y los cuatro siguientes en el banquillo. Reapareció en la undécima jornada, frente al Valencia, y llegó a disputar ocho encuentros consecutivos hasta que un esguince de rodilla volvió a cortar su progresión y le mantuvo otros dos encuentros alejado de las canchas.

Jugó los tres siguientes con molestias antes de recaer en su lesión de rodilla y perderse los últimos doce encuentros de la temporada.

El presente curso lo inició el guardameta mosense en el banquillo. Sergio Álvarez fue la elección de Juan Carlos Unzué en los cinco primeros compromisos ligueros. En la sexta jornada, en Ipurua, el técnico celeste decidió cambiar de portero y Rubén se ha mantenido desde entonces en la titularidad, con la excepción del duelo disputado en Balaídos ante el Atlético de Madrid, que no pudo jugar por sanción, tras haber sido expulsado en la jornada precedente en Las Palmas.

La ausencia frente a los c olchoneros dio paso a una serie de 18 encuentros como titular, la mayor de su carrera en Primera División, que acaba de verse interrumpida por esta periotendinitis en el tendón de Aquiles. Felizmente, esta vez se trata de un problema leve.