Hugo Mallo estalló al finalizar el partido contra el Málaga. Dolido por el resultado, frustrado por el juego del equipo, el capitán del conjunto vigués mostró su disgusto con los pitidos que en algunos momentos del partido se escucharon en Balaídos. No pudo ser más elocuente a la hora de explicarlo: "La afición es libre de opinar. Nos gusta que vengan a animar, pero cuando escucho algún silbido, lo digo sinceramente, me toca los huevos. Somos un grupo de chavales, muchos de aquí. Si fuéramos perfectos estaríamos en el Barcelona o en el Bayern de Múnich. Tratamos de hacer las cosas bien, pero hay veces que no salen”.

El de Marín cree que hay cosas que "la gente no valora" y precisó que "los que pitan son cuatro gatos y seguiremos trabajando para cambiar la situación y contentar a la mayoría de los aficionados".

Mallo insistió en relación al partido que el equipo "no hemos estado bien en el primer tiempo. En el segundo hemos optado por un juego algo más directo, pero ellos han aguantado bien. Al final hemos tenido alguna ocasión clara como la de Iago pero no ha podido ser".