Al Celta le sonríe la vida desde que hace un mes venciese al Deportivo en el clásico gallego en Riazor. Desde entonces, los de Unzué llevan una racha imbatible, con tres triunfos y un empate, que les sitúa a las puertas de Europa. Aspas, de penalti, y Maxi Gómez, con un remate de cabeza, le dieron el triunfo a los célticos en Anoeta ante una Real Sociedad que dominó, que se adelantó en el marcador con un tanto de Willian José y que desperdició una pena máxima. Sin necesidad de realizar un buen partido, como le ocurrió la semana pasada ante el Levante, el conjunto vigués supo sacrificarse en defensa, salió vivo de las innumerables internadas de Odriozola por su banda derecha y volvió a resultar letal en el contraataque, con un Iago Aspas brillante, como ya es habitual en una de las estrellas de LaLiga.

Diez puntos de doce posibles ha sumado el Celta en las últimas cuatro jornadas del campeonato regular. Ayer, además, logró por fin encadenar dos triunfos, un reto que perseguía desde el arranque del curso. Ese preciado botín le ha permitido dar un enorme salto en la clasificación al conjunto celeste. Ayer partía desde la duodécima plaza. Ahora se coloca séptimo, a la espera de lo que hoy consiga el Eibar ante el Málaga en Ipurúa. Con 28 puntos, los de Unzué se ponen a tiro del Sevilla, que es sexto, con 32. Eliminados de la Copa, los celestes disponen de dieciocho jornadas de Liga para asegurarse el objetivo de la Europa League, que tan gratos recuerdos dejó el curso pasado tras rozar la final.

Los goles vuelven a salvar al Celta de una actuación sin brillo. Por fin, el tercer máximo goleador de LaLiga (35 goles) obtiene buenos beneficios por contar con dos de los mejores rematadores del campeonato. Entre Aspas y Maxi Gómez suman 22 tantos, los mismos que todo el Deportivo y más que seis equipos de la categoría.

El uruguayo repitió ayer ante el equipo al que le metió dos en su estreno en España, el día que comenzó a enterrar las ilusiones de Guidetti en el Celta. Como en aquel encuentro de la primera vuelta, el "Tanque de Paysandú" aprovechó ayer un saque de esquina para realizar un espléndido remate de cabeza, en escorzo, para superar a Rulli. Era el minuto 74 de partido y el Celta se adelantaba en el marcador ante una Real Sociedad que se había cansado de dominar y de cercar la portería de Rubén Blanco pero careciendo de pegada.

El equipo de Unzué eligió un buen momento de la pelea para asestarle un golpe definitivo a un rival que llegaba tocado anímicamente a la cita, después de sumar un triunfo en los últimos nueve partidos de Liga. Desde la decimoquinta posición, el equipo de Eusebio Sacristán había intentado por todos los medios sumar un triunfo reparador ante un rival directo y desimilares características en la concepción del juego.

Pero la estocada de Maxi Gómez resultó mortal, porque entonces el equipo de Unzué logró sacarle el balón a la Real, que hasta entonces había sido capaz de esconderlo y manejarlo a su antojo.

El dominio del partido fue insultante por parte del equipo donostiarra desde el inicio del partido. Unzué apostó por Jozabed para suplir al lesionado Tucu Hernández y cambió a Cabral por Sergi Gómez en la defensa. La movilidad y la clase de Lobotka no era suficiente para controlar el juego. Además, Sisto nunca entendió que ayer debía cerrarle el paso a Odriozola por la banda antes de pretender sus característicos giros infinitos con el balón.

El joven zaguero vasco fue un peligro constante por el costado izquierdo céltico. Por ahí llegó el centro de Xabi Prieto a los diez minutos para que Willian José le ganase la posición en el segundo palo a Roncaglia y a Mallo para marcar de cabeza el primer tanto del partido. Con el Celta encerrado en su campo, parecía cuestión de tiempo que Canales o Illarra filtrasen algún pase para seguir castigando a un rival que encontró en Aspas la solución a sus males. El moañés comenzó a lanzarse a tumba abierta en busca de la portería de Rulli. No encontró rematador en la primera llegada. En la segunda, Maxi golpeó flojo.

Para sacudirse del dominio local, los célticos recurrieron a los balones largos. En uno de ellos, Pione Sisto envía para la incorporación de Mallo por la banda derecha. Cuando el capitán celeste intenta controlar el balón en el área, se le anticipa Juanmi. El lateral cae y Mateu Lahoz señala penalti porque Juanmi había interceptado la pelota con la mano.

Aspas no falló la pena máxima. A los 20 minutos de partido, la Real tenía que volver a empezar para salvar su delicada situación. Pudo arreglarlo tres minutos después. Lobotka cometió penalti sobre Canales. Pero Willian José no estuvo acertado en el lanzamiento de la pena máxima y el balón se marchó fuera tras estrellarse en el larguero.

La facilidad con la que ambos equipos se presentaban en el área rival, convirtió el duelo en un intercambio de golpes. Rubén Blanco despejó un peligroso remate de Canales, Pione Sisto falló un mano a mano ante Rulli y Jozabed rozó el autogol a saque de esquina cuando se llegaba al descanso con el marcador igualado.

El segundo tiempo se inició como el primero, con la Real dominando el balón y cercando la portería del Celta, que tardó veinticinco minutos en disponer de una posesión larga de la pelota. Fue el preludio del gol de Maxi Gómez, en el minuto 74.

El Celta pudo infligir mayor castigo a una Real que perdió el rumbo, pero Brais Méndez no llegó al centro de Aspas, con quien todo resulta sencillo para sumar puntos que llevan a Europa.