Los dieciseisavos de final se disputaron en Eibar. El Celta ganó con seguridad y cerró allí la eliminatoria, dejando para Balaídos un partido gris donde el Eibar estuvo cerca de sorprender en varias ocasiones. Tuvo que ser Aspas, recién entrado y luego de que su equipo no intimidase a Dmitrovic, quien se adentrase escurridizo en el área para ser derribado por el propio portero. Penalti y gol en el 91, ambos con el de Moaña como protagonista.

Los visitantes han estado cerca de decantar el marcador a su favor en varias ocasiones del partido, pero Sergio se mostró seguro bajo palos y evitó el tanto rival. La grada de Balaídos, que ofreció una de las peores entradas de la temporada, solo pudo celebrar un tímido disparo de Hugo Mallo en el minuto 37. La segunda parte dejó varias arrancadas de Emre Mor, que pese a sus conducciones tampoco llegó a brillar, y el buen hacer de Sergio ahuyentando el gol visitante que pondría en peligro el pase.

La entrada de Aspas por Guidetti dio mayor fluidez al ataque. En uno de los primeros balones que tocó, el de Moaña entró rápido en el área y Dmitrovic le derribó claramente. El delantero se encargó de lanzar el penalti, engañando al portero y situando el definitivo 1-0 en el electrónico.

Al final valieron los tantos de Cabral y Guidetti en Ipurua, donde el Celta ya había hecho los deberes dejando firmada la eliminatoria. Los celestes vuelven a soñar en la Copa, regresando un año más a los octavos de final.