Hugo Mallo apuntaba ayer que le gustaría que Balaídos recuperase su aspecto habitual con la reapertura de la grada de Río para recibir el domingo al Athletic Club de Bilbao, uno de los equipos que más expectación despierta en Vigo, solo superado por Real Madrid y Barcelona, mientras que se encuentra a la par del Dépor.

El Celta ha enviado 650 entradas al club bilbaíno, que las venderá a 40 euros la unidad a partir de mañana, miércoles. El equipo que entrena Ziganda afronta una semana cargada de trabajo, pues el jueves recibe en San Mamés al Ostersund FK sueco. El equipo rojiblanco está obligado a ganar si no quiere quedar ya prácticamente eliminado de la Liga Europa. Después tendrá dos días para preparar la visita a Balaídos, donde lleva 14 años sin perder y ha encadenado cinco victorias y tres empates en sus últimas ocho visitas en Primera División.

El pasado curso, el equipo dirigido entonces por Valverde derrotó con claridad al Celta en la jornada 35, gracias a un doblete de Raúl García y a un tanto de Mikel Rico.

La última derrota liguera de los rojiblancos en campo vigués se remonta a marzo de 2003, cuando el Celta de Lotina ganó por 2-1 después de que Mido y McCarthy remontaran el tanto de Del Horno.

Desde esa fecha, ambos equipos se han enfrentado dieciséis veces en la máxima categoría en San Mamés y en Balaídos, con un balance de nueve victorias para el Athletic, una para el Celta y seis empates. Además, los últimos cinco enfrentamientos -tres en Vigo y dos en Bilbao- cayeron del lado vasco.

"Me da envidia el Málaga y cualquier equipo de Primera [por la asistencia de aficionados que resgistran sus estadios], porque el otro día parecía que estábamos jugando... Los pocos que estaban animaron como si fueran 50.000, pero cuando jugamos en casa nos gusta ver a toda la afición y que no haya problemas de que se quede gente fuera y, sobre todo, ver el campo bonito, que es como se merece", dijo ayer Mallo.

El capitán habla del próximo partido: " Sabemos el rival durísimo que es el Athletic, pero a ellos tampoco les gusta jugar contra nosotros. Podemos ganar o perder, pero somos un equipo difícil de batir. También tenemos que aprovecharnos un poco de la situación del Athletic en Liga y del partido que les espera a mitad de semana en Europa. Para nosotros será más fácil si contamos con toda la afición", añadió Mallo en referencia a las obras de la grada de Río.