El Celta tardó en encontrar la portería rival ayer. El equipo que había puesto en apuros al Atlético de Madrid, que salió vivo de Balaídos gracias a su portero Oblak, tardó más de una hora en encontrar la portería de Roberto Jiménez. Fue Aspas, ayer de nuevo escorado a la banda derecha, quien apareció en el área para marcar, pero el árbitro anuló el gol por fuera de juego. El moañés, que se estrenó como goleador en LaLiga con un triplete en Las Palmas, buscó ayer con ganas incrementar sus cuentas particulares. Así, acertó en un extraño remate de cabeza un centro de Sisto, lo que significaba el empate. Aspas fue quien más empeño puso en darle la vuelta al marcador. Incluso molestó a Maxi Gómez en la última clara ocasión del Celta, cuando el partido agonizaba.