El alcalde, Abel Caballero, aseguró ayer que la grada de Río volverá a estar operativa el próximo 5 de noviembre para el partido de la novena jornada de Liga que disputarán el Celta y el Athletic de Bilbao. El graderío se cerró por motivos de seguridad durante el partido del pasado domingo con el Atlético de Madrid, dejando en la calle a 9.000 espectadores.

La clausura fue ordenada por el consistorio tras detectarse que algunas de las barras metálicas de la estructura del módulo central de la cubierta se habían soltado, por lo que se procedió a su retirada para arreglar el desperfecto.

Abel Caballero explicó que "las piezas defectuosas" de la estructura "ya están detectadas" y se elevan a un total de 64 que provienen, todas ellas, "de un fabricante que tuvo problemas con una de sus máquinas".

Añadió que para solventar este incidente se "bajará" la estructura en forma de "L" en la que se localizan estas piezas y también "todo aquello que tenga la más mínima probabilidad de tener alguna pieza defectuosa", en un proceso supervisado por el centro tecnológico Aimen. El regidor pidió perdón a los abonados de Río y demás aficionados, agradeció el "comportamiento" del Celta ante este imprevisto y se mostró tajante al asegurar que "en este momento, la certeza de que la grada va a estar operativa el 5 de noviembre es total".

Además, afirmó que las obras de reforma del estadio se acabarán "en el plazo establecido en el contrato", por lo que, dijo "se va a recuperar este tiempo muerto producido por tener que desmontar una parte de lo que ya estaba instalado como consecuencia de las piezas defectuosas".

El Celta anunció que reembolsará el dinero de las entradas vendidas y compensará a sus socios por el cierre del graderío. Caballero precisó ayer que el Ayuntamiento "resarcirá al Celta" tras la adopción de esta medida y "repercutirá" el coste de la misma sobre "la empresa que cometió el error".