El presidente del Celta, Carlos Mouriño, emplazó ayer al Concello a que conteste "con total claridad" si se podrá jugar en Balaídos el próximo partido de Liga, frente al Athletic de Bilbao, previsto para el próximo 5 de noviembre y en que qué condiciones podrá jugarse. En una extensa conferencia de prensa, el mandatario celeste reclamó al consistorio que, si existiese alguna duda, "de inmediato" se retire la "la totalidad de la estructura para que los aficionados y abonados disfruten sin riesgo del partido y la ciudad no sea ridiculizada con otro partido sin gente en la grada".

Carlos Mouriño pidió explotar "un nuevo comienzo" en la relación con el Concello para Balaídos en la que club reciba "garantías jurídicas" para poder implementar su proyecto con la instalación que se merecen los vigueses y pidió una reunión de todos los grupos municipales y la participación de la Xunta en el proyecto el nuevo Balaídos. "El estadio quedará mejor que estaba pero tendra muchas carencias, seguirá sin satisfacer al Celta y a la mayoría de los aficionados", destacó el dirigente, que relató algunas deficiencias de la actual reforma, como la falta de ascensores en Río, la reducción del espacio de los asientos y una iluminación "insuficiente", que "no cumple los parámetros de la Liga".

Mouriño pidió perdón a los abonados que no pudieron ver el partido por el cierre de la grada "por causas ajenas" al club y relató el procedimiento de devolución de las entradas y la parte proporcional de los abonos. El presidente celeste, igualmente, anunció que los abonados recibirán una entrada gratuita para uno de los próximos cuatro partidos de Liga en Balaídos.