Sesenta y dos peñas del Celta expresaron ayer su malestar por el cierre de la Grada de Río por motivos de seguridad que dejó sin poder asistir al encuentro de la novena jornada de Liga entre el Celta y el Atlético de Madrid disputado el pasado domingo en Balaídos.

En un extenso comunicado difundido a través de las redes sociales bajo el título "Somos celtistas y somos personas", los aficionados expresan su "rabia e incredulidad" por "el despropósito que dejó a 8.000 socios en la calle" , denuncian la falta de comunicación entre el club, usufructuario del estadio, y el Concello, dueño de la instalación.

Las peñas se preguntan cómo la "llamada mejor Liga del mundo" permite la celebración de un partido "con tanta gente afectada" y dudan que el organismo presidido por Jabier Tebas hubiese actuado del mismo modo si el problema se hubiese producido en el Camp Nou o en el Santiago Bernabéu. "Todos estos despropósitos los acaban pagando lo que no tienen ninguna culpa: los aficionados", concluyen.