La polémica arbitral ha acompañado de las últimas visitas del Celta al campo de Las Palmas. Un claro ejemplo de ello es el empate firmado por ambos equipos el pasado curso (3-3) después de que el conjunto entonces dirigido por Eduardo Berizzo anotase tres goles en los 20 primeros minutos del choque. La controvertida expulsión por doble amarilla de Sergi Gómez y un inexistente penalti del barcelonés a Livaja propiciaron la reacción grancanaria, que remontó tres goles en un cuarto de hora.

Los celestes salieron en tromba. A los cinco minutos Wass puso por delante a los de Berizzo con un poderoso lanzamiento de falta directa que dejó sentado a Raúl Lizoain tras botar poco antes de coger portería. Sin dar tiempo a la reacción local, Iago Aspas superó por encima la salida del cancerbero grancanario tras una gran asistencia de Pione Sisto desde la izquierda (minuto 14). Seis minutos después, el propio Aspas hacía el tercero, esta vez tras remachar al fondo de las mallas un pase al hueco de Fabián Orellana.

Las cosas, sin embargo, comenzaron a torcerse cuando Sergi Gómez recibió su primera amonestación, a seis minutos del descanso, por una falta a un contrario. El punto de inflexión de la remontada local fue no obstante un error de Sergio Álvarez que Bigas aprovechó para recortar distancias a los siete minutos de la reanudación.

Ocho después, el árbitro, a la sazón Melero López, allanó el camino a los canarios tras interpretar como penalti y sancionar con la segunda amarilla un forcejeo en el área entre Sergi Gómez y Marko Livaja en el que es, si acaso, el jugador croata de Las Palmas el que hace falta al céltico. Penalti y expulsión. Viera anotó la pena máxima y puso contra las cuerdas al Celta, que vio como el triunfo se le iba de las manos solo dos minutos después con un remate a bocajarro de Prince Boateng sin respuesta del portero celestes. Pero incluso en inferioridad, el Celta no le perdió la cara al choque. Buscó sin inmutarse el portal grancanario y acarició incluso el triunfo estrellando dos remates en a madera..

Peores secuelas tuvo la anterior visita del Celta. Los celestes perdieron entonces por 2-1 en un partido claramente marcado por la expulsión de Fabián Orellana y otro dudoso penalti de Gustavo Cabral. Las protestas del chileno al árbitro (el murciano Sánchez Martínez) costaron al futbolista chileno del Celta una sanción de tres partidos. Para colmo de males, Mallo vio la quinta amarilla y tampoco pudo disputar el siguiente partido.

Y eso que el Celta se las prometía felices después de que Theo Bongonda adelantase a los de Eduardo Berizzo en el minuto cuatro de partido al cruzar un balón imposible para Javi Varas. Sin embargo, Jonathan Viera estableció antes del descanso el empate aprovechando que el árbitro castigó con penalti una mano involuntaria de Cabral en el área. Mal asesorado por el línea, el colegiado sancionó con fuera de juego otras dos acciones legales que habrían dejado al Celta mano a mano con el guardameta rival.

La expulsión de Fabián Orellana en el minuto 74 de partido allanó definitivamente el camino del triunfo a los canarios, que se hicieron con los tres puntos gracias a un gol del brasileño William José en el último minuto de partido.