La renovación de Daniel Wass por el Celta se encuentran en un impasse. Con las negociaciones atascadas desde hace meses, la continuidad del centrocampista danés más allá de 2019 se antoja cada vez más complicada, hasta el punto de que en Plaza de España tienen pocas esperanzas de alcanzar un acuerdo con el jugador. El Sevilla aparece como un destino posible en su horizonte el próximo verano.

A diferencia de lo que sucede con Nemanja Radoja, cuyo contrato expira también a finales de la próxima temporada y con quien se han producido avances, las diferencias económicas entre el centrocampista danés y el club vigués se encuentran ahora mismo demasiado alejadas como para pensar que la negociación pueda llegar a buen puerto. Y aunque ambas partes han expresado públicamente su disposición para alcanzar un acuerdo, ninguna ha movido ficha para desbloquear la situación.

Después de revelar a comienzos de temporada que las negociaciones con el Celta llevaban cuatro meses paradas, Wass ha pasado de puntillas sobre el asunto cada vez que se le ha preguntado por su continuidad en Vigo. "Todo sigue igual. Ahora mismo mi interés se centra solo en el juego. Voy a centrarme en el fútbol. Todo lo demás se lo dejo a mi representante", se limitó a señalar el centrocampista escandinavo en una reciente entrevista con este diario.

La situación de Daniel Wass recuerda inquietantemente la vivida hace unos años por Michael Krohn-Dehli. Como ocurrió con su compatriota (y buen amigo), el Celta sirvió al internacional danés de puente de entrada a la Liga española, donde su imponente rendimiento ha llamado la atención de clubes más pujantes económicamente que el Celta. El Sevilla, que desde el pasado curso tiene como entrenador a Eduardo Berizzo, o el Villarreal son algunos de los equipos a los que se ha relacionado con Wass en los últimos tiempos.

El gran obstáculo sigue siendo económico. Wass pretende que sus emolumentos se equiparen con los más elevados del plantel, lo que, en la práctica, significaría modificar al alza toda la escala salarial, contraviniendo la estricta política remunerativa que el club ha mantenido en los últimos años.

El problema es que el incremento salarial que el Celta le niega sí pueden garantizárselo otros clubes con mayor pujanza económica.

La edad de Wass tampoco favorece su continuidad en el equipo de Balaídos. Con 28 años cumplidos en mayo pasado, el medio danés vive su momento más dulce en el fútbol y, al igual que ocurrió en su momento con Krohn-Dehli, está en disposición de firmar un último gran contrato. Si el Celta no le ofrece lo que pide, otro club se lo dará. Le basta con mantener su actual rendimiento en el terreno de juego.

Si la negociación no se desbloquea antes del próximo verano, queda por ver si el Celta repite los pasos dados en el caso de Krohn-Dehli y saca al jugador una rentabilidad meramente futbolística hasta el final de su contrato o bien lo traspasa el próximo verano, antes de que sea libre para negociar su futuro, y obtiene algún rédito por su venta. Y se apunta que el Sevilla estaría en disposición de optar el próximo verano a un traspaso que el Celta no quiso realizar este año ante la ausencia de un sustituto de garantías.

No sería la primera vez en su carrera que Wass fuerza su traspaso a otro club en su último año de contrato. Antes de firmar por el Celta, sin ir más lejos, el mediocampista danés se declaró en rebeldía en el Evian francés para forzar su salida a la liga española. El Celta pagó al club galo 4 millones de euros por Wass, que se comprometió con la entidad de Balaídos por cuatro temporadas. En este tiempo, el jugador nórdico sido todo un ejemplo de versatilidad y compromiso y ha ofrecido un formidable rendimiento en el campo. Sus números hablan por sí mismos: 75 partidos (casi todos como titular) de Liga, 15 de Copa del Rey 12 de Europa League; 12 goles y 13 asistencias.