El Celta avanza hacia posiciones tranquilas de la tabla en pleno proceso de remodelación. La llegada de Juan Carlos Unzué al banquillo celeste ha dado un giro de 180 grados al estilo del equipo, que se aleja de vértigo y la agresividad que caracterizó la afilada etapa de Eduardo Berizzo para aproximarse a un fútbol más elaborado y contenido y con mayor peso del componente táctico. El Celta de Berizzo vivía en el alambre. Se sentía cómodo en le ida y vuelta, intercambiando golpes antes cualquier rival en el filo de la navaja; el de Unzué pretende defenderse y atacar con la pelota y presta más atención a las debilidades y fortalezas del adversario. Al Celta le está costando más de lo esperado asimilar al cambio. En los seis partidos disputados hasta el momento, el cuadro celeste ha alternado luces y sombras. Dudas y certezas que rodean a un equipo en proceso de construcción.

la batalla de la portería

Aunque el preparador navarro ha iniciado la temporada con Sergio Álvarez, la titularidad bajo el travesaño está en liza. El guardameta catoirano ha sido el elegido en cinco de los seis compromisos ligueros disputados hasta la fecha, pero la titularidad de Rubén Blanco el pasado domingo en Ipurua parece haber reabierto una batalla que la pasada campaña estuvo en gran medida solapada por sucesión de lesiones sufridas por el mosense justo cuando parecía que había llegado su hora.

A la ecuación de la portería celeste se le ha añadido esta temporada un nuevo factor: la presencia de en la primera plantilla de Iván Villar, el nuevo valor emergente de A Madroa, que se ha incorporado (con el beneplácito del técnico) a la lucha, sobre el papel, como tercer portero. Por ahora Unzué se ha mostrado deliberadamente ambiguo sobre sus planes. El rendimiento será el factor decisivo pero el técnico ya ha deslizado su intención de "extender la variabilidad" de aptitudes a la portería y de "priorizar matices" en función del rival. El duelo de este viernes contra el Girona despejará muchas dudas.

Roncaglia pierde peso

Al igual que Berizzo, Unzué ha priorizado fortalecer el medio campo y el ataque sobre la defensa. La zaga ha sido la única línea del equipo que no se ha reforzado y es también la única que no tiene los puestos doblados. El cambio de estilo también ha propiciado un desplazamiento del protagonismo en la pareja titular de defensas centrales. Los dos zagueros formados en La Masía han ganado relevancia con respecto al pasado curso en perjuicio del argentino Facundo Roncaglia, el comodín defensivo, que ha tenido (aunque le ha penalizado una lesión muscular) por ahora muy poca relevancia en la vida competitiva del equipo. Mallo y Jonny lo han jugado prácticamente todo y Cabral, Sergi y Fontás se ha repartido la mayoría de los minutos en el eje de la línea.

el tucu se asienta como "5"

La modificación táctica que más ha llamado la atención en el medio campo es la decisión de Unzué de utilizar a Pablo Hernández en la posición de pivote. La lesión de Radoja ha contribuido a asentar en la titularidad al internacional chileno, que ha mostrado un impecable rendimiento en la nueva tarea que le ha encomendado el técnico, que también ha empleado, con irregulares prestaciones, a Stanislav Lobokta en esta demarcación. Por lo que respecta a las posiciones de los dos interiores, el reparto de papeles ha sido moneda de curso corriente en estos primeros seis compromisos ligueros. Jozabed, Daniel Wass y Lobotka han alternado minutos y protagonismo y todo hace indicar que lo van a seguir teniendo en el futuro, incluso cuando Radoja esté ya plenamente recuperado.

Maxi, referente en punta

Una de las grandes sorpresas de este comienzo de temporada es la rapidez con que Maxi Gómez se ha asentado en la titularidad como punta de lanza del Celta. La inesperada lesión de Guidetti a pocos días del inicio de la Liga y la versatilidad de Iago Aspas para desenvolverse en cualquier posición del frente de ataque y específicamente en la banda derecha propiciaron la titularidad del delantero centro uruguayo en el estreno liguero contra la Real Sociedad y instinto depredatorio mostrado por el chico ha hecho el resto. Cinco goles en seis partidos lo han asentado en la titularidad con John Guidetti (incluso el propio Aspas) a la expectativa. El sueco y el uruguayo presentan condiciones y aptitudes muy diferentes y la impresión es que Unzué quiere explotar al máximo las condiciones de ambos en función el momento, pero también atendiendo a las características del adversario, un factor que tanto el preparador navarro como su grupo de colaboradores tienen muy en cuenta.

sisto asume galones

Con un año ya de experiencia en el fútbol español, Pione Sisto parece haberse asentado en este tramo inicial del campeonato como el extremo izquierdo titular del Celta. Mor puede ocupar también esta posición, aunque el turco necesita todavía un periodo de adaptación y prefiere además jugar en banda derecha.

Sisto está convenciendo con actuaciones, quizá menos vistosas de lo acostumbrado, pero sin duda más eficientes, hasta el punto de haberse convertido, con un gol y cuatro asistencias, en uno de los puntales ofensivos del equipo celeste. Como en el caso de Maxi, preseleccionado por primera con Uruguay, el buen inicio de curso con el Celta le ha valido para consolidar su posición en la selección danesa.

el factor emre mor

Una de as grandes incógnitas por desvelar es la incidencia que va a tener Emre Mor, el fichaje estrella del verano, en la vida competitiva celeste. Unzué parece decidido a manejar con sumo cuidado los tiempos teniendo en cuenta la juventud e inexperiencia del chico y su desconocimiento de la competición española. El internacional turco espera turno en el banquillo con la evidencia de que su ingreso en el once modificará la fisonomía del frente ofensivo, bien entrando por Sisto en banda izquierda, bien en el costado derecho, donde él prefiere jugar. Esta última opción significaría desplazar a Aspas al centro del ataque prescindiendo de Maxi o bien mantener al urguayo en punta y relegar al moañés al banquillo, lo que ahora mismo parece improbable.

minutos más repartidos

La ventaja de disponer de una plantilla corta -y la del Celta es la más exigua de la categoría- es la posibilidad de gestionar el descontento de los que juegan menos con un reparto más equitativo de los minutos. Y la distancia entre titulares y suplentes es esta temporada menor. Como muestra un botón: todos los jugadores del plantel, salvo Iván Villar, han dispuesto ya de minutos en los seis primeros partidos de Liga.