El entrenador del Celta, Juan Carlos Unzué, acepta que su equipo, aunque estuvo vivo hasta el último instante por la reacción tras el gol de Pione Sisto y lo ajustado del marcador, ofreció un juego pobre durante la primera parte y el inicio de la segunda. Unzué espera reconducir de forma inmediata la situación, antes de que las dudas puedan instalarse en la plantilla. Él sigue mostrando su absoluta confianza en que la fórmula que propone es la adecuada y que más antes que después dará los frutos apetecidos. "Hay que pasar página cuanto antes", propone.

Juan Carlos Unzué decía después de la derrota ante el Espanyol que no tenían tiempo para lamerse las heridas: "Tenemos la suerte de que el próximo partido está muy cerca y no hay tiempo de lamentarse. Nuestro próximo objetivo es el Getafe -el próximo jueves, en Balaídos-. El partido ante el Espanyol ya ha pasado y nada se puede hacer. No contábamos con la derrota pero hay que aceptarla", reflexiona.

El técnico navarro insistía en que pese a la decepción no había tiempo que perder en lamentos o reconvenciones. Apuesta por analizar los errores y remediarlos con velocidad. "No es lo que esperábamos ni lo que queríamos y sabemos que los aficionados van a estar disgustados, pero el fútbol nunca es como quieres", comenta en la sala de prensa, con aparente tranquilidad. "De lo que estoy convencido es de que el equipo se va a recuperar y dará una mejor imagen el próximo partido".

Recordó el técnico del Celta que pese a que su equipo no estuvo bien hasta pudieron haber empatado, lo que se toma como la prueba de que sus jugadores son capaces de manejar diferentes alternativas. "Hay cosas que no hemos hecho bien, ni siquiera hemos jugado bien pero en la segunda parte y con mucho corazón y con algunos cambios en el sistema hemos creado la sensación de estar cerca de empatar", asegura. "Nos ha faltado tiempo y más precisión".

A Unzué le duele especialmente que fuese el propio Celta el que alimentase la superioridad que los anfitriones mostraron en el arranque, con pérdidas que los veloces delanteros blanquiazules aprovecharon con olfato asesino. No quiere cebarse, sin embargo, en los pecados individuales. Sobre el segundo gol del Espanyol, que llega tras un error de Cabral al intentar sacar el balón en conducción, señala: "Es un error en mediocampo que nos coge con gente por detrás. Es parte del juego y hay que aceptarlo".

En su opinión, el principio fue prometedor y fue el primer gol el que rompió el escenario esperado: "El partido empezó bien para nosotros, estábamos bien situados, esperando al Espanyol y esperando nuestra oportunidad, pero luego las cosas se torcieron. Además, el primer gol nos hizo mucho daño porque vino de una jugada de presión nuestra".