El Celta cierra la pretemporada con una brillante goleada (4-1) ante un rival del postín de la Roma, después de protagonizar los de Unzué una primera parte sublime, en una demostración espectacular de juego de toque, en la que Pione Sisto y Aspas pusieron la esencia con un doblete cada uno. Y ahí se acabaron las opciones del equipo romano, que mejoró en las segunda mitad con más titulares sobre el campo, pero los de Di Francesco solo pudieron reducir diferencias con un tanto de Strootman y se vuelven a casa deprimidos y con muchas dudas e incógnitas para preparar el arranque del campeonato de Liga el fin de semana que viene.

Las pretemporadas no son muy fiables para sacar conclusiones sobre un equipo. Y eso ocurre tanto con los buenos como con los malos resultados. Así, el Celta no es tan bueno como pudo parecer ayer ni tan inconsistente como se mostró el pasado miércoles ante el Udinese. Sin embargo, la goleada frente a la Roma despertará muchas ilusiones en el celtismo durante los próximos días y ayudará a Unzué a preparar en las mejores condiciones anímicas el estreno en LaLiga 2017-18 ante la Real Sociedad.

Y la lectura de lo ocurrido ayer en Balaídos tiene que ser positiva porque el técnico navarro apostó por un once titular que será muy semejante al que jugará el sábado que viene frente al conjunto donostiarra. El equipo que se presentó ante la Roma incluso podía ser el mismo de las últimas semanas del curso pasado, con Jozabed por Hernández para completar un centro del campo con Radoja y Wass. El danés, además, también cumplió con Unzué la doble función que antes con Berizzo: aparecer en la banda derecha cuando Aspas se situaba en la media punta.

Aunque quien asumió el protagonismo inicial en el partido de ayer fue Pione Sisto, después de que Aspas abriese el marcador tras un penalti de Fazio a Guidetti en el que el sueco salió mal parado al sufrir una fractura de clavícula que le mantendrá de baja de mes a mes y medio. El internacional danés anotó el segundo tanto céltico a los 22 minutos de juego, en la siguiente jugada a la que lanzó con peligro sobre la portería rival. A continuación, Sisto dejó en evidencia la dejadez, la falta de actitud de los jugadores de la Roma, que permitieron al joven extremo céltico que recuperase el balón en el centro del campo y se marchase con mucha facilidad hacia el balcón del área. Allí disparó con fuerza para superar al portero del conjunto romano.

Cinco minutos después, al Celta apenas le costó trabajo hacer saltar por los aires el sistema defensivo del equipo de Di Francesco. Maxi Gómez, que había sustituido al lesionado Guidetti recibió un pase y desde la línea de fondo envió a Pione Sisto para que este celebrase un doblete.

En menos de media hora, el Celta ridiculizaba a un rival que se presentó en Balaídos con los que apenas contaron con minutos días atrás ante el Sevilla. La Roma fue arrollada por los célticos, que manejaron con precisión y velocidad el inicio de las jugadas desde su área, superando líneas rivales con suma facilidad. En ese juego de salón, Jozabed se erigió en maestro de ceremonias y su equipo arrolló a los romanos.

La jugada del cuarto gol del Celta resume el juego que Unzué quiere para su equipo: salida del balón desde la defensa, superando líneas adversarias al primer toque y buscando las bandas. Wass apareció por la derecha, pues Aspas es un espíritu libre para el técnico navarro. El danés buscó al moañés, que apareció por el centro de la zaga para sorprender a Fazio y a Gerson, los centrales de la Roma, y cruzar el balón con la izquierda.

En cuarenta y cinco minutos, el Celta le sacaba los colores al vigente subcampeón italiano, que con el español Monchi como responsable de los fichajes quiere acabar con el dominio de la Juventus. Mucho tendrá que trabajar Eusebio di Francesco a una semana del comienzo de la Liga italiana.

El técnico del conjunto romano esperaba mucho más de su equipo en su regreso a Balaídos tras caer en los penaltis en el Memorial Quinocho de 2000. Di Francesco fue titular en aquella ocasión con los romanos. Diecisiete años después de que Totti le sustituyese en el descanso de aquel trofeo veraniego, su equipo recibía una paliza vergonzante en cuarenta y cinco minutos. Los que ayer defendieron esa camiseta no estuvieron a la altura de lo que se espera en la entidad romana.

De Francesco recurrió entonces a jugadores que serán importantes en su once titular, como Dzeko, Nainggolan, Strootman,Manolas o Hérctor Moreno. Media docena de cambios introdujo el técnico de la Roma para intentar arreglar un desaguisado mayúsculo. Unzué intuyó la maniobra y reforzó el centro del campo con el Tucu Hernández por Jozabed. El técnico del Celta quiere al internacional chileno como pivote. Ayer, junto a Radoja, le dio vitalidad a un equipo que sostuvo la ventaja hasta que a la hora de juego apareció Strootman para concluir con éxito una jugada entre Nainggolan y Dzeko.

El carrusel de cambios dejó romo en ataque al Celta, que solo puso en apuros al portero rival con un disparo desde la frontal de Aspas, que ayer volvió a ser una pesadilla. El moañés se reencontró con el gol, que Wass también buscó en varias ocasiones y que estuvo cerca de celebrar tras un buen lanzamiento de falta directa.

Ante la poca efectividad de los romanos en ataque, el Celta se complicó la vida en varias ocasiones al tratar de sacar el balón jugado. Es uno de los riesgos que ha de asumir un equipo que busca la superioridad mediante el control del balón. Ayer, los de Unzué lo utilizaron con velocidad, precisión y criterio. Como resultado de ello, un rival del potencial de la Roma quedó en evidencia.