La Roma que esta tarde pisa Balaídos para concluir su pretemporada trata de cerrar la brecha que ahora mismo separa en Italia a la Juventus (campeón en las últimas seis ediciones) del resto de equipos. Habitual de la Liga de Campeones, segundo clasificado en tres de los últimos cuatro campeonatos, el cuadro "giolloroso" ha dado un paso adelante con la contratación como director deportivo de Monchi. En Trigoria, el lugar en el que se trazan las estrategias de futuro, apostaron por la persona que simboliza mejor que nadie el éxito en la gestión que ha sido el Sevilla en la última década. En Roma hay dinero (dentro de un orden) y tal vez una de las cosas que le hacían falta era distribuir mejor esos recursos. Y en ello está Monchi.

Este verano la Roma que la pasada temporada fue subcampeona y que en el futuro además de pelear con la Juventus deberá hacer frente a la embestida del Milan y su dinero chino (es el equipo que con diferencia más ha invertido en el verano italiano) no ha podido retener a algunos de sus grandes talentos, convocados por los contratos mastodónticos que se ofrecen en Inglaterra. El club a cambio ha obtenido importantes cantidades de dinero: el Liverpool pagó 40 millones por el egipcio Salah, el Chelsea contrató al defensa Rudiger por la nada despreciable cifra de 35 millones de euros y el Zenit pagó 23 por el argentino Paredes. Además cogieron la puerta Szczesny (de vuelta en el Arsenal), Clément Grenier (Olympique de Lyon) y el portugués Mário Rui (Nápoles).

Aunque la pérdida más importante desde el punto de vista anímico es con diferencia la de Franceso Totti. Veinticinco años en el primer equipo ha estado el "capitano" que el pasado mes de mayo se despidió de su gente vestido de corto. Un instante de pura emoción. El hombre que lo podía haber sido todo en cualquier otro equipo de Europa, prefirió siempre quedarse con su gente. Su pérdida no resulta relevante en lo deportivo porque su papel ya era residual, pero es imposible hablar de la nueva Roma sin hacerlo de este genio nacido en el Trastevere, tan romano como el Coliseo al que Monchi ha reclutado para la dirección deportiva. Al sevillano le sobra inteligencia para entender la importancia que tiene disponer a su lado de Totti.

Este verano el equipo ha gastado más de ochenta millones en reforzar su equipo. Han llegado el danés Rezan Corlu (Brondby), el sebio Aleksandar Kolarov (Manchester City, 5 millones), el delantero Grégoire Defrel (Sassuolo, 18 millones), el turco Cengiz Ünder (Istanbul, 13 millones), el mexicano Héctor Moreno (PSV, 6 milones), el holandés Rick Karsdorp (Feyenoord, 14 millones), el francés Maxime Gonalons (Olympique Lyon, 5 millones) o el italiano Lorenzo Pellegrini (Sassuolo, 10 millones). La mayoría de ellos estarán esta tarde en Balaídos a las órdenes de la otra cara nueva de la Roma, el técnico Eugenio De Francisco, que los últimos cinco años ha estado al frente del Sassuolo (una de las mejores noticias del calcio en los últimos años). En él y en Monchi confían su futuro los granates de la capital.