El Celta es un equipo con identidad propia. Los resultados podrán ser favorables o lo contrario, pero el gusto por el buen trato al balón no se discute. Una idea que ha ido cobrando más y más protagonismo bajo el mandato del presidente Carlos Mouriño y el paso de diferentes entrenadores que han ido afianzando esa base.

El nuevo proyecto de Juan Carlos Unzué, todavía en estado de gestación, ya empieza a dar señales de que puede convertirse en otro equipo de autor, como lo fue el de Eduardo Berizzo o el de Luis Enrique en su momento. Los amistosos disputados durante la gira de pretemporada en Inglaterra y Alemania han permitido constatar que el conjunto celeste querrá crear peligro a través del toque. Pero el buen trato al balón parece que será un elemento que se hará extensible a la totalidad del terreno de juego. Algo que estará presente no solo en el centro del campo, sino también en el área contraria y en el área propia.

El partido de ayer frente al Bayer Leverkusen demostró que el pelotazo será el último recurso. Este Celta quiere salir jugando desde atrás. Así llegó en el BayArena el primer gol de Guidetti. La jugada arrancó en el vértice izquierdo del área celeste. Nueve pases rápidos y la pelota llegó a la frontal para que el delantero sueco fusilase al portero germano. Seis de esos pases son al primer toque. Es el clásico fútbol de salón del Celta pero cocinado desde atrás, desde la cocina.

La acción del gol de Guidetti a los seis minutos no fue la única en la que el Celta exhibió su limpieza en el inicio de la jugada. En la segunda parte una sucesión de diez pases rápidos terminó con un disparo peligroso desde la frontal. En este caso todo se originó en un saque de puerta que pone en corto Iván Villar gracias al que los celestes van generando espacios por el flanco derecho del campo.

En ambas jugadas hay varios factores comunes. El primero es el jugar rápido, a uno o dos toques. El segundo es la necesidad de las ayudas de los delanteros para bajar a recibir y el tercero es Wass. El danés ejerce como faro en el centro del campo y es quien eige hacia dónde mover el juego celeste.

Esta manera de entender el inicio de la jugada del Celta de Juan Carlos Unzué resulta perfecta para librarse de la presión del equipo contrario, pero no es suficiente cuando los rivales esperan en su propio campo. Es en ese momento cuando se ve al Celta más espeso. Además, los celestes juegan con fuego, ya que cometer un error o una imprecisión en esa parcela del terreno de juego puede resultar fatal.

Resumen del partido Bayer Leverkusen - Celta