Metódico, trabajador infatigable muy capacitado profesionalmente y versado en el aspecto táctico del juego. Así coinciden en definir a Juan Carlos Unzué, el nuevo entrenador del Celta, dos de los técnicos de A Madroa que más estrechamente colaboraron con él en su anterior etapa en el Celta como segundo al mando de Luis Enrique Martínez. Toni Otero, ex director de las categorías inferiores del Celta, y Wagner Molina, el técnico de la casa que grababa los entrenamientos del equipo desde el andamio que hizo construir en A Madroa el asturiano, celebran la decisión del club de contratar al preparador navarro para relevar a Eduardo Berizzo al frente del banquillo de Balaídos.

Con el fichaje de Unzué, el Celta viaja, de algún modo, de regreso al futuro. La incorporación del navarro da carpetazo al brillante trienio protagonizado por Eduardo Berizzo para volver a la casilla de salida, es decir, al momento previo al fichaje del argentino, cuando Luis Enrique interrumpió, después de firmar una notable temporada, su contrato con el Celta para dirigir al Barcelona. Tres años después, el Celta retoma este momento con la expectativa de seguir creciendo. No estará Luis Enrique pero sí todo su competente equipo, lo que en opinión de Otero y Molina supone una "garantía de éxito".

"Cada entrenador tiene su sello pero Unzué está muy identificado con el camino y la forma de pensar de Luis Enrique", apunta Toni Otero, que augura una línea continuista con la labor realizada en su momento bajo el mando del preparador gijonés. "Va a seguir el mismo camino. Si tienes una filosofía, no la cambias. Dará continuidad a la idea y la filosofía que tienen como grupo de trabajo", señala el exdirector de A Madroa.

La filosofía de Unzué no va a diferir un ápice de la de Luis Enrique. Según Otero, el Unzué actual "nada tiene que ver" con el Unzué que dirigió hace siete años al Numancia. "Ha crecido junto a Luis Enrique en un club de la máxima exigencia con un grupo de trabajo muy unido, con las labores muy claramente delimitadas, que le echa una enorme cantidad de horas", explica.

A la hora de sustanciar el estilo, Toni Otero señala alguno de sus rasgos más distintivos. "El estilo será un poco el que viene siendo hasta ahora: sistema 4-3-3, defensa en zona, posiciones muy fijadas y mucho trabajo táctico. Creo que va a ir por ahí", observa.

Aunque tanto el preparador navarro como su predecesor en el cargo se distinguen por su vocación ofensiva, el exresponsable de las categorías inferiores del Celta subraya sus diferencias. "La filosofía de juego es muy distinta a la de Berizzo. Berizzo es físico, trabajo al hombre, fuerza... y esto es trabajo en zona, táctica y posicionamiento. Los dos son ofensivos, pero opuestos como la noche y el día. Juegan al ataque por caminos diferentes", destaca Toni Otero.

Unzué también se diferencia de Luis Enrique. Los dos comparten el amor por el método, querencia por el rigor táctico y capacidad de trabajo, pero tiene muy diferente temperamento. El navarro carece del carisma del asturiano, un tipo políticamente incorrecto, pero lo compensa con un carácter más amable y cercano sin que ello le haga perder autoridad.

De todos modos, en opinión de Toni Otero, en el Celta tendrá que afrontar una prueba de fuego. "Es un gran técnico y una persona dialogante. Es un tío muy correcto y normal, pero habrá que verlo bajo la presión de la competición", indica.

Wagner Molina, adjunto a la dirección técnica del Lugo, fue el técnico celeste que en su momento colaboró más estrechamente con el grupo de trabajo de Luis Enrique. Molina se ocupaba precisamente de grabar y editar los entrenamientos del Celta, que posterior eran desmenuzados en los despachos con correcciones para la sesión del día siguiente.

"Las sesiones se grababan, editaban y analizaban enseguida. Se etiquetaba cada fase del juego. Con Berizzo cambió mucho porque él no creía en nada de eso", expone el analista del CD Lugo. "Es otro método, otra manera de trabajar y de ver el fútbol. Berizzo no le daba tanta importancia a las grabaciones ni al análisis del rival, se centraba más en su propio equipo", detalla. Y precisa: "Berizzo no quería los partidos grabados porque prefería centrarse en su propio equipo. Luis Enrique quería una visión panorámica, con tomas que se viera cómo estaban colocados los dos equipos. Berizzo prefería ver lo que pasaba dónde estaba el balón, los duelos individuales y por eso descartaba que se grabasen los partidos".

Wagner Molina siente especial admiración hacia el trabajo de Robert Moreno, cuya labor con Luis Enrique estaba más en la grada que en el banquillo. "Robert Moreno es un fenómeno y actuaba también como segundo en el Barça. Aquí, en Vigo, él no estaba en el banquillo, sino que veía los partidos desde la cabina y estaba conectado con Unzué a través de un pinganillo. Imagino que ahora ocupará más este espacio de segundo entrenador", revela el exanalista céltico.

Tanto Toni Otero como Wagner Molina consideran "un gran acierto" el fichaje de Juan Carlos Unzué, aunque desconocen de momento cómo será el reparto de tareas sin Luis Enrique en la ecuación. La programación física estará en manos de Rafael Pol y Joaquín Valdés se ocupará del aspecto psicológico, pero en el aspecto táctico habrá una nueva distribución del trabajo, que puede completarse con gente de la casa. En su anterior etapa en el Celta, Juan Carlos Unzué se ocupaba fundamentalmente del trabajo de estrategia, concretamente de diseñar la logística ofensiva y defensiva a balón parado, del análisis de los rivales y cómo se iniciaba el juego desde los porteros. "Esto no sé si será Robert el que se encargue de ello o cómo se van a repartir las cosas", comenta Molina, que remacha: "En cualquier caso, el fichaje de Unzué me parece un gran acierto. El Celta se hace con un equipo de gente muy competente. Lo han demostrado aquí y en el Barcelona. Creo que al Celta le va a salir muy bien esta apuesta. Si fuese yo el que apostara, pondría todas mis fichas a Unzué".