El duelo ante el Manchester United de mañana en Balaídos movilizará el mayor despliegue de seguridad que se ha visto en Vigo por culpa de un partido de fútbol. Ni los derbis contra el Deportivo han alcanzado este nivel.

Unas setecientas personas se encargarán de velarán por la seguridad de los aficionados y tratarán de mantener el orden en una ciudad que desde esta tarde va a conenzar a vivir la llegada de los 1.300 aficionados del Manchester United que acompañarán al equipo a este desplazamiento. De hecho, durante el día de hoy está previsto que lleguen casi la mitad de los aficionados británicos (unos seiscientos) mientras que el resto lo harán durante la mañana del jueves en diferentes vuelos.

Entre las setecientas personas que forman el dispositivo, unas 300 son agentes de la Policía Nacional y más de 200 de seguridad privada. El resto, agentes de la Policía Local o Protección Civil. También habrá dos helicópteros destacados para el partido.

El control de los hinchas ingleses es el principal quebradero de cabeza para la seguridad del partido. Esta cuestión ha despertado muchos recelos entre algunos hosteleros del centro de la ciudad, algunos de los cuales mantenían la intención de no abrir sus negocios el jueves para evitar que el comportamiento descontrolado de los "hooligans" pudiese comprometer sus negocios.

Otro de los asuntos que tampoco se ha resuelto todavía es el del traslado de los 1.300 hinchas ingleses hasta Balaídos para presenciar el encuentro de mañana. Lo normal en los últimos partidos europeos en los que ha habido desplazamiento de aficiones que podría ser problemáticas (Ajax o Genk) es que se les llevase desde la Puerta del Sol hasta Balaídos caminando. En las últimas horas el Celta y el Concello estaban hablando de la posibilidad de que se habilitasen lanzaderas especiales para ellos desde el centro hasta el estadio y evitar de este modo una "procesión" por toda la ciudad de los aficionados del Manchester United, lo que podría ser una importante fuente de problemas para los encargados de la seguridad del encuentro. Las lanzaderas evitarían cualquier clase de tentación. Hoy el asunto tendrá que quedar resuelto.