A pocos minutos de cumplirse el tiempo reglamentario se produjo una tangana en la que participaron miembros de ambos banquillos. Resultó extraño porque durante la eliminatoria apenas se habían visto gestos ásperos entre los jugadores. Fue por la tensión del momento y quizás también aprovechó el Celta para gastar tiempo ante el asedio final del Genk. Sucedió cuando el balón salió por la banda y el Tucu se cruzó delante de Dewaest, tocando el balón. El fornido ariete lo empujó contra el suelo. Cuando algún miembro del cuerpo técnico increpó al chileno, varios celestes acudieron a defenderlo.