Melero López le perdonó la expulsión a Roberto Soldado en el minuto seis de partido tras una durísima entrada sobre el tobillo de Marcelo Díaz. El delantero del Villarreal continuó en el campo y al filo del descanso consiguió de rebote el gol del triunfo del conjunto castellonense sobre un Celta que lamentó la decisión arbitral.

"Viendo la entrada de Soldado era una jugada de roja directa. En el momento de la acción ya me pareció una acción violenta y después lo confirmé", señaló Eduardo Berizzo tras el partido de ayer en Balaídos.

Melero López resolvió con una tarjeta amarilla una acción que se produjo en mitad del campo del Celta, durante la transción del balón por parte del mediocentro del Celta, que tuvo que recibir asistencia en la banda durante unos minutos.

El futbolista del Celta también coincide con su entrenador en señalar que el delantero del Villarreal debió marcharse al vestuario tras esa falta, por lo que ya no hubiese intervenido en la jugada del gol, cuando el balón rematado por Musacchio fue a la cabeza de su compañero. "Soldado debió irse expulsado", proclamó Marcelo Díaz a Bein LaLiga al concluir un encuentro que se decidió por ese tanto del conjunto castellonense.

A pesar del aparatoso golpe, que le torció por completo el tobillo derecho, el centrocampista chileno pudo continuar en el partido, después de recibir asistencia médica. Esa fue la mejor noticia para Marcelo Díaz, como reconoció más tarde: "Pude terminar el partido, eso me deja tranquilo". También la afición, sus compañeros y el cuerpo técnico del Celta quedaron aliviados al comprobar que el Chelo Díaz continuaba en el partido.

Tras el golpe, el chileno sí aprovechó antes de lanzar una falta para flexionar su rodilla y comprobar si se encontraba en perfectas condiciones para golpear el balón. El Celta evitó además perder a uno de sus pilares en el centro del campo en estos momentos decisivos de la temporada.