"El CIS no está para preguntar sobre los problemas del rey emérito porque, además, estos no interesan en estos momentos" (José Félix Tezanos, presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas).

Amén de haberse ganado el título de 'cocinero de encuestas favorables al ejecutivo de turno', este personaje está dotado para predecir futuros. Sabe cómo sacarle respuestas a su bola de cristal. Y esta acaba de adivinarle que a los españoles no les interesa pronunciarse favorable o desfavorablemente sobre la Monarquía. ¿Para qué va a preguntar si sabe de antemano la respuesta? A mí me importa un rábano la vida privada del emérito, como persona. Pero se da la circunstancia de que esa persona encarna a la más alta institución pública del Estado, se le sigue otorgando título de rey, a la que ha contribuido a su descrédito. Un descrédito pagado con fondos públicos, con blanqueo de capitales, con evasión de impuestos. Corrupción de altas miras. ¿Preocupan a los españoles la corrupción en la política? ¿Preocupan a los españoles el fraude fiscal? Como españolito de pie, sin acudir a una bola de cristal, confieso que tales oficios los repruebo. Reprobación máxima cuando se han ejercitado desde La Zarzuela, convertida en entidad bancaria, al contar con 3 cajas fuertes y máquina para contar dinero. Preocupa el que padeciendo una brutal crisis aflore tanto dispendio en la monarquía.

Como experto cocinero sabrá cómo se cocinó la Transición. En aquel menú del día, el plato de obligado consumo para los comensales de la Comisión Constitucional, era la Monarquía, que había dispuesto el anterior dueño del local, Francisco Franco. Monarquía sí o sí. Adolfo Suárez confesaría mucho tiempo después que habían realizado una encuesta privada en la que un referéndum sería contrario a la Monarquía. Razón por la cual no se atrevió a convocar referéndum sobre la cuestión. Se dijo bien claro cuando las Cortes franquistas estas se hacían el falso harakiri proclamando "con Franco o sin Franco, España tendrá un rey". Jamás se le ha preguntado a la ciudadanía si desea o no un régimen monárquico. Y mucho más ahora cuando es la misma monarquía con su opacidad, que se ha protegido de forma exacerbada, el epicentro de presunta corrupción. Una corrupción a la que nunca ha sido ajena la dinastía borbónica en los últimos trescientos años de monarquías en nuestra Historia.

Si es o no preocupación de los españoles la cuestión monárquica, fácil es averiguarlo, mediante una encuesta pública. Si no se hace, es porque no le interesa a quienes les ha favorecido el actual régimen. No les vendría mal el que se leyeran la tesis que defendía Thomas Jefferson, padre de la Independencia de EE UU, "El consentimiento de los gobernados". Probablemente, se hiciera añicos la bola de cristal del señor Tezanos.