Después de haber reflexionado sobre nuestro pasado histórico, leyendo noticias y más noticias sobre la familia Franco y nuestro Rey emérito, solo me puede venir al estrecho entendimiento que tengo dentro de mi cabeza las incongruencias de nuestra insignificante "memoria selectiva". Ya no nos acordamos del sonado divorcio de Marichalar con la infanta Elena. Ya no nos acordamos de los tejemanejes financieros del señor Urdangarin y de su queridísima esposa la infanta Cristina. Y dentro de un par de días, tampoco nos acordaremos de todo el "supuesto capital" que nuestro Rey emérito ha desviado a paraísos fiscales, poniendo tierra de por medio para que la imagen de la monarquía en España no se viese "empañada" por tanto gasto innecesario.

Pues que sepan, todos los que lean estas líneas, que estas líneas están dirigidas a todos. Estamos pagando una fortuna anual por una serie de personajes que ya no tienen cabida dentro de nuestra sociedad (y de sus hijos). ¿Acaso están trabajando o buscando trabajo para ganarse el pan? Lo dudo. Y no escribo desde ningún ámbito político sino porque ese dinero se podía estar usando, por ejemplo, en mascarillas gratuitas, que todos estamos pagando de nuestros bolsillos para paliar la pandemia que estamos viviendo.

Simplemente expreso mi sentir en un país donde la justicia, la manera de pensar y la Constitución están tan caducas que apestan a podrido. Necesitamos un cambio y este cambio empieza revisando nuestra Constitución que, respetando por encima de todo a nuestros mayores, tenemos que "rejuvenecerla". Ya está bien de tanta memoria selectiva.