Es un hecho que nuestra historia está marcada por los grandísimos éxitos humanos que han hecho más fértiles los campos, la ganadería, el comercio y las empresas, la industria; no digamos ya la educación y las ciencias; la sanidad; los medios de transporte; los medios de comunicación e información; las artes; el deporte, el turismo, el ocio, la diversión€y un larguísimo etc.

Un avance del ser humano, grandioso y reciente, ha sido enseñar y aprender a vivir siendo mayor.

Deberíamos todos sentirnos orgullosos cuando coincidimos por las calles con esas señoras y señores que pasean a sus nietos o van a comprar el pan o simplemente van solos, caminando a pequeños pasos o incluso con bastón o muletas o se reúnen con unos amigos, también de su misma edad, para "echar la tarde o la mañana", llevando sobre sus hombros la dignidad de una larga vida: un gran cartel que dice "vale la pena el progreso, vale la pena seguir viviendo".