"Nunca se podrá borrar la labor del Rey Juan Carlos en beneficio de la democracia y de la Nación, so pena de una ingratitud sería que nada bueno presagiaría del conjunto de la sociedad española" (Manifiesto de políticos y embajadores en apoyo de Juan Carlos Borbón).

Se suele decir que las vacas expresan sus sentimientos con los mugidos. Me tomo la libertad del uso de esta metáfora al bautizar como 'hato vacuno' a los firmantes del manifiesto en apoyo al rey emérito. Si alguien está interesado en conocer a los firmantes, en viendo dicha lista, no encontrará a un ciudadano del común, si no a personas que pastan o han pastado de los Presupuestos Generales del Estado. Son, pues, estómagos agradecidos. Si tanto bien nos ha traído y trae esta Monarquía, ¿por qué el CIS no pregunta a la ciudadanía? Y si como los firmantes creen en lo beneficioso de tal institución, ¿por qué no celebrar un referéndum?

Ya han transcurrido más de cuarenta años de la restauración monárquica. Hay ya una generación que no votó la Constitución de 1978. Una Constitución que otorgó el emérito, y en la que siempre ha primado el principio monárquico sobre el principio democrático. Preciso es recordar que jamás juró el texto constitucional, contrariamente, a su juramento a los Principios Fundamentales del franquismo. Un franquismo que nunca condenó, y si se declaró admirador de la obra de Franco. Al fin y al cabo, le había nombrado su sucesor. Fue una condición sine qua non que ocupase la Jefatura de Estado en la comisión constitucional 1978.

Siendo yo de pocas luces, en comparación con los firmantes del manifiesto, veo que el beneficio habido ha sido para el mismo. Su fortuna es incalculable, por cuanto el Parlamento, del que se dice que representa la soberanía popular, y al que no rinde cuentas la Casa Real. Una de tantas prerrogativas de las que goza. ¿Es ilícito el origen de dicha fortuna? Y entramos en el principio constitucional de la presunción de inocencia, hasta que los Tribunales dictaminen lo contrario. Pero no olvidemos que no es un sujeto cualquiera. En la propia Constitución explícitamente se encarna la Monarquía en la persona de Juan Carlos I. Son indisolubles. Por lo tanto, si se investiga al emérito se está investigando a la propia Monarquía.

Los pasos dados por Felipe VI apuntan en esa dirección. Le retira la asignación, declara no aceptar parte de la herencia, y bendice su marcha temporal a un país extranjero. Ha habido tanta protección legal, hasta su inviolabilidad, hacia el emérito, que su presunción de inocencia podría convertirse en una presunción iure et de iure, y no iuris tantum. Al tiempo, si no yerro.

La democracia la trajo el pueblo, con la ayuda de otras democracias occidentales. Una democracia por la que muchos habían sacrificado su propia vida. A ella hubo de sumarse el Borbón, para no perder el puesto que le había otorgado el Dictador. Nada tengo que agradecerle. Un rey por muy rey que sea, deberá, además de honrado, aparentarlo. ¿Lo hace?