Estuve ingresado por un ictus que me dio el 7 de julio durante 36 días y durante este tiempo he vivido cómo esta gente hacía jornadas agotadoras, doblando turnos, incluso en fines de semana y posiblemente, con contratos en precario y siempre manteniendo ese trato humano que también ayuda a la curación del paciente, para todos mi profundo agradecimiento, tengo guardado en mi memoria todos sus nombres, la primera que conocí, Fabiana, la noche de mi operación le di la lata toda la noche. Gracias al equipo de neurología del Cunqueiro que actuaron con celeridad, gracias al equipo de fisio, logopedia y terapia ocupacional del Meixoeiro, Susana, María, Paula, Cristina, Sara, mi primera fisio, mi segundo fisio Jorge y mi último fisio Javi, ¡qué grande eres Javi, un honor haberte conocido! y como no a Rafael, al que cariñosamente cuando llegaba a la sesión diaria, me recibía con un cariñoso "buenos días", y yo le contestaba lo que Ud. mande d. Rafael. Y a las que todos los días me bajaban y me subían de la rehabilitación, Montse, Paula, Eva€ enfermer@s, auxiliares,celadores, celadoras, Saray, Nahir, Eva, Tatia, Myrian Belen, Rosana, Sabina, Oscar, Juan, Virginia, Bea,Patri, Maite,, Lidia, Mila,Sergio, el enfermero nº11 el gran picador, por la cantidad de pinchazos que me dio y en especial, a las que cogí mucho cariño a Julia y Andrea por lo que le enseñaron a mi mujer, pido perdón por los que me quedaron atrás a todos ellos los llevare siempre en mi corazón. Lo que si digo, todo lo que he vivido esos 36 días en esos hospitales, ahora sigo rehabilitándome en casa ya, lo debían de vivir todos esos políticos que bla, bla bla, de la sanidad, pero al final privatizaciones, y la sanidad pública debe de ser sagrada.