Hace unos meses ha sido tu cumpleaños, pero no dejo de ver tu retrato, aunque haya pasado el tiempo. Sigues expuesta en esa estantería y en la pared de mi memoria, tu fotografía tiene algo... ese brillo que veo y encuentro en el rostro de mami. Tu retrato está para el que se acuerda de ti. En cada amanecer eres esa estrella que brilla en el firmamento con luz propia y me acompaña siempre.

Un año más sin ti, hoy es un velorio de risas pensando en las veces que te acababa destrozando algo por casa, o algunas de esas imprudentes travesuras que realizaba en silencio sin que nadie se percatase. Has sido esa línea que ha marcado mi vida, me enseñaste a ver las cosas desde otra perspectiva. Tu retrato es lo que me queda ahora que no estás, atesorado con todos esos recuerdos vividos. Cierto que no he sido la misma desde tu partida. Faltan esos momentos en los que me sentaba a tu lado, te daba un beso, te abrazaba, te veía reírte y sabía lo privilegiada que era de tenerte. Hoy queda nostalgia. Puede que haya sido mi pago por tenerte demasiados años, por disfrutar de tantas historias contigo. Pienso en los recuerdos de la niñez: rebuscando en aquella caja de latón llena de hilos y botones, permanecer sentada cerca de ti cuando estabas en el huerto. Recuerdo cuando me ayudabas a cazar algún grillo en el jardín o empezaba a gritar al verlo y las veces que dejabas que una de tus nietas te pusiese rulos en el pelo, siendo las pinzas de la ropa. Cierto que has sido, eres y serás una abuela especial. Cuanta paciencia tuviste, cuantas veces te reíste con todos€

Gracias por cada línea que has pintado en mi lienzo. He aprendido agradecer el tiempo que has estado a mi lado. Cierto que no podré darte un abrazo o besarte otra vez, aunque no me canso de esperarte.