El Ministerio de Sanidad, siguiendo con la propuesta realizada inicialmente por la Xunta de Galicia, acaba de restringir de forma drástica fumar en lugares públicos.

Esta prohibición ha sido ejecutada para prevenir contagios por coronavirus, dado que fumar puede ayudar a la transmisión del Covid-19 debido a la manipulación de la mascarilla y el contacto de los dedos con la boca.

El humo generado también puede ser un factor de difusión, dado que lleva consigo la expulsión de gotitas respiratorias que pueden contener carga viral. Al exhalar ese humo, las moléculas salen al exterior con más fuerza que cuando respiramos con normalidad.

Al margen de aumentar las probabilidades de contagio, las personas fumadoras infectadas por la Covid-19 tienen un mayor riesgo de padecer síntomas más graves. Además de los riesgos citados por el coronavirus, recordemos que el tabaco mata en el mundo a más de 8 millones de personas cada año. Aproximadamente el 15 % de esas muertes se deben al humo ajeno al que están expuestos los fumadores pasivos. De esta forma, esperemos que esta medida temporal y polémica se prorrogue en el tiempo y se establezca de forma indefinida.