Espero encontrar las palabras adecuadas... aquellas que lleguen a tu interior y te ayuden afrontar los años venideros... supongo que no es fácil. Para mí sería lo más difícil de entender. Pero hay una cosa que te repito constantemente: en toda esta situación estás perdiendo algo muy valioso. Se llama tiempo. Algo tan irreal, abstracto, como invisible... somos tan ilusos que el ser humano ha intentado medirlo con instrumentos... Pero solo lo conseguimos apreciar cuando es tarde. Tarde para volver a empezar, tarde para ese beso, tarde para ese abrazo... y entonces comprendemos que ese tiempo ha pasado.

En ese momento pasamos por varias etapas: en primer lugar, nos deprimimos; después nos lamentamos, y a lo último nos autoconvencemos de que la próxima vez no volverá a suceder. Llegados a ese punto queda explicar que por muy ilógico que parezca nuestra raza como muchos animales tiene la capacidad de aprender. Es por ello que me cuesta entender que como civilización en esas situaciones no conseguimos avanzar.

Pasamos la vida perdiendo tiempo y fuerzas en algo cuando deberíamos aprender de la situación y seguir hacia delante. Pues no amigo mío no avanzamos... y ¿sabes por qué? Porque pesa más el remordimiento que la gratitud. No entendemos que deberíamos estar agradecidos de los recuerdos, de todas esas vivencias que nos hacen más fuertes ¡Más humanos!

Sin embargo nos pesa el remordimiento... pensamos en todas aquellas cosas que deberíamos haber hecho y no hicimos... No entendemos que el tiempo no nos pertenece... pero como gastarlo ¡Sí! Así que... sonríele a la vida, da gracias por todos y cada uno de sus recuerdos y aprovecha el tiempo... construye otros 25 años maravillosos y piensa que la estrella más brillante del universo es él. Está dónde le corresponde estar (aunque aún no lo entendamos) y se siente muy orgulloso de todo lo que hiciste por él.

Ahora levántate y sigue viviendo... porque aunque sea muy difícil tu tiempo aquí aún no se ha consumido. Pero aprovecharlo y llenarlo depende de ti. Construye un millar de historias y cuando tus alas estén preparadas para tu último viaje podrás compartirlas a su lado... nadie se va para siempre mientras su recuerdo siga vivo. ¡Fuerza amigo, Andy Rodríguez!.