Parece que el Rey emérito ha utilizado su empatía con el pueblo español para traicionar su confianza. Es verdad que de su diplomacia se benefició España pero esto nunca fue disculpa para que usted se beneficiara de España como lo hizo. Por eso mi opinión varía ya de la duda a la decepción por habernos timado a todos con su afabilidad. No estaría de más que corrigiera sus errores materiales en pro de su redención espiritual y donara multiplicado por dos, en estos momentos en que nuestra sanidad trabaja con voluntad pero sin medios, lo que hace años donó por momentos de placer.

Ha dejado como rey desprotegida la monarquía y como padre desprotegido a su hijo. La corona necesitará de mucha comprensión del pueblo español y mucho esfuerzo de don Felipe para recobrar la confianza en ella y, sobre todo, la dignidad.