Es preocupante que a un mes de iniciada la legislatura de un gobierno de coalición, nos estemos preguntando qué socios mandan más. Todo hacía prever que Sánchez sería "el jefe", e Iglesias su "empleado". Me caben muchas dudas para hacer tal afirmación. E incluso me atrevo yo, a preguntar: ¿Estará Sánchez "tirando la toalla" ante la imposibilidad de gobernar teniendo en cuenta a todos sus socios de gobierno? La cantidad de torpezas y rectificaciones a que se ve abocado y la presión de aquellos que, de alguna manera se le "suben a las barbas", ¿le hacen pensar que, el esfuerzo va a ser inútil?... Y lo peor sería la transcendencia de un enésimo fracaso. Iglesias ha conseguido reemplazar a Sánchez en la mesa de negociación con el independentismo, cuando el vicepresidente aboga por la celebración de un referéndum, a pesar de mantener que él no es independentista. Esta será una trampa más para favorecer a los presos del Procés, ya que la Generalitat tiene transferidas las competencias penitenciarias y el "cachondeo legal" ya ha empezado. Los nueve procesados empezarán a disfrutar sus "falsas vacaciones" para trabajar fuera de la cárcel o ayudar a sus familiares mayores y enfermos, por la aplicación del artículo 100.2, por agravio comparativo por su aplicación a Urdangarín. La gravedad del Delcygate, que implica a Abalos, el hombre fuerte de Sánchez y los continuos cambios de versión que no demuestran más que una gran mentira y las continuas peticiones de dimisión. Esta legislatura va marcha abajo y sin frenos. La única verdad que ha dicho Pedro Sánchez fue cuando manifestó que "en un gobierno compartido con Iglesias no podría dormir ni él ni el 95% de los españoles". Aparentemente todo va bien, pero vistas todas las iniciativas puestas en marcha, se demuestra que Pablo Iglesias está ganando la batalla. Al presidente (de momento), le pierde la ambición de poder. Pero solo el tiempo y las torpezas ponen a cada uno en su sitio.