Los viajeros sin equipaje merecen respeto por luchar para llegar a algo aunque al final no logren llegar ni a tierra. También empezó sin gran equipaje Amancio Ortega y ahora reparte de su cartera lo que de su corazón le sale. Hay quien hoy recibe tratamiento médico porque soñando él con triunfar consiguió que otros soñaran con sanar, esto es una realidad humana que algunos que pasan el tornillo de rosca por asegurarse apletarlo lo tergiversen a su manera hasta reducirlo a una mera realidad económica.

Imaginar a un hombre sacando en un supermercado 6 millones de euros para comprar comida a quien tiene hambre y argumentar desde la cabecera de la opulencia que guarde su cartera saneada por ser labor del Estado alimentar con la suya al ciudadano hambriento no es un programa de viaje adecuado para una España sin gana de juegos, porque ni llena estómagos vacíos ni hace gracia a los que ya están llenos.