"Jennifer López podría actuar en Ourense en este 2020. El Concello negocia la programación con el Xacobeo. Tendría un coste mínimo para el Concello" (tuit de Democracia Ourensana).

Que Gundisalvo Ferreira ama a la cultura yanqui no es ningún secreto. Y dentro de tal cultura le apasionan los multitudinarios espectáculos de música y baile. Le va la marcha musical, que le da al cuerpo alegría, que es cosa buena. ¡Que se lo pregunten a Macarena! No es de extrañar, por tanto, que haya sido uno de los de más 102 millones de personas que siguieron la actuación de Jennifer López y Shakira en el intermedio de la final de la Superbowl. Aquella noche despertó agitado del sueño húmedo. Al mismo tiempo que encendía la lámpara de la mesilla de noche, una idea alumbró en su desestabilizado cacumen. ¿Por qué no contratar a Jennifer para actuar en su Reino de Aurensalia? A Shakira, no. Esta es pareja de un independentista de tomo y lomo, un malnacido catalán que ha renunciado a vestir la "roja". Dejaremos, pensó para sí, transcurrir el tiempo de cuaresma. Pasando la Pascua, cualquier día. ¿Y si aprovechase la ocasión para que actuase con motivo de la inauguración de la plaza de abastos de A Ponte? ¿O la primera piedra en el rascacielos proyectado en Mariñamansa? Jennifer gozará de los atractivos que le brinda la capital. Librada la circulación de aquellos bolardos asesinos, podrá pasear, que hayan pisado tan lindos pies sobre alfombras rojas, puestas por doquier en las rúas del casco viejo. Saboreará los tapeos regados con Ribeiro y humeantes viandas. Catando comprobará el dicho de que si Zaragoza presume de El Pilar, la ciudad no se queda atrás, contando, como cuenta, con el santuario del Bar Orellas.

La acompañaría a darse un garbeo recorriendo las pozas de aguas termales con el trenecito "chu-chú". La dejará impresionada cuando le muestre su proyecto de construcción del parque acuático termal allá por los fundos de Untes. De pronto, le asaltó una duda. ¿A cuánto ascenderá el caché de la diva? Pero, inmediatamente, se calmó. Consultó con la almohada, que le dio su aprobación, sabiendo ésta su experiencia en el "know how". A fin de cuentas, la Corte presenta superávit, liquidadas nóminas de asesores y del City Manager, las inversiones en contenedores, la peatonalización de Concordia. Recordó que "lo que es medible no es opinable". Cuenta, además, con que el gobierno amigo de San Caetano puede subvencionarle a fondo perdido, incluyendo en los fastos del próximo Xacobeo la actuación de Jennifer. Raudo saltó de la cama. Buscó en su agenda teléfonos que conservaba de su estancia en New York. Marcó un número. Descolgaron al otro lado de la línea. "¿Está Jennifer? ¡Que se ponga!". "Who's that?" , contesta una voz femenina... "I'm Gundisalvo Ferreira". La interlocutora, en respuesta a su invitación, le pregunta quién le acompañaría con la guitarra. Él la responde, sin titubeos: "¡Cavando Coxea!". A lo que Jennifer le espeta: "¡Vale, maxo!", y con carcajada sonora, cuelga el auricular? Y Gundisalvo se dispuso, con frenesí, a deshojar una margarita.