Como usuaria de la sanidad pública y de la sanidad privada al más alto nivel me gustaría romper una lanza a favor de nuestra sanidad, y reconocer con este escrito el gran trabajo que realiza la unidad de mama del Hospital Meixoeiro. Me gustaría que la gente dejase a un lado las pancartas y que se deje de utilizar nuestro sistema sanitario como arma política.

El trabajo que realiza la unidad de mama del Meixoeiro nada tiene que envidiar a centros médicos privados de gran prestigio en nuestro país e incluso internacionalmente. A este gran trabajo hay que sumar la humanidad de todas y cada una de las personas que lo forman. Radiólogos, enfermeras, cirujanos? que con una tecnología del más alto nivel consiguen curar el cuerpo y en muchas ocasiones el alma. Desde estas líneas mi reconocimiento a todo ese equipo. Enfermeras de la unidad de mama como Ermitas y Ana, todas y cada una de las enfermeras de la planta 4ª (Carmen Piñeiro, Pilar Buján, Isabel Ruiz, Alicia Paralejo, Margarita Rodríguez, Carmen Rodríguez?). Quiero hacer una mención especial al doctor Gonzalo de Castro y la doctora Lamas por su profesionalidad y por mostrarme que la vocación en su caso supera con creces las obligaciones de su profesión. Pienso que en muchas ocasiones no reconocemos lo que tenemos, ya que cuando se trata de nuestra sanidad la gente solo se hace eco de las críticas. Supongo que porque no conviene destacar las múltiples virtudes que posee. La gente, no sé porque, no suele contar lo bueno, solo hace públicas las malas experiencias, que las hay, por supuesto, como en cualquier sistema de la envergadura de la sanidad pública, pero debemos considerarnos unos auténticos privilegiados por la calidad de nuestra sanidad. A pesar de los intentos de muchos de echarla por tierra para sacar rédito político de ella, sigue siendo considerada la mejor sanidad del mundo, con los mejores medios y los mejores profesionales, y desde luego la Unidad de Mama del Meixoeiro es un ejemplo de funcionamiento.