Señor D. Carlos Mouriño, presidente del Real Club Celta de Vigo: El fantasma de la Segunda División cada vez ronda más cerca el Estadio Abanca Balaídos. Y me viene a la memoria un gran amigo mío que tiene casa en Figueiró (Tomiño), y la tiene para ir allí a llorar las penas y reponerse de los disgustos que le da su querido Celta. Por cierto este año no sale de allí.

Hace algunas temporadas, con ud. ya de presidente, el Celta se salvó con 37 puntos, y él, mi amigo, además es un secreto a voces en todo el Baixo Miño, dice que lo salvó San Campio, por las peticiones que él hizo y todas las velas que puso. Él, como buen devoto que es, ya le dio las gracias, pero el equipo con ud. al frente ¡no!Aún está a tiempo, pues el santo siempre estará allí y para más señas... tumbado. Y no tiene otro remedio, el Cristo de la Victoria y San Roque no creo que hagan nada, pues están muy celosos de Santa Eulalia de Mos, y la otra solución y ya menos espiritual, es la de traer un entrenador. Más bien mecánico-entrenador,para que haga funcionar la máquina que tiene muchos caballos y buenos. Sin más, solo recordarle que de Vigo a Figueiró solo hay tres cuartos de hora escasos y valdrá la pena.