Este corto relato, sucedió de la siguiente manera: estando yo en mi privado jardín contemplando una hermosa, brillante, verde sandía que sobresalía de entre unas matas sobre un alpendre de este idílico lugar; mientras tanto yo quedaba dormido con el aire fresco de la tarde disfrutando del agradable perfume de las flores. Esto, quizá, fue lo que pudo influir en mi imaginación y traer a mi mente este sueño imaginario que tiene mucha relación con el estado en que se encuentra nuestra madre Tierra, con su alarmante contaminación ambiental, sus cambios en la meteorología, la quema de los montes, aumentando cada vez más en diferentes lugares del planeta, sin que el hombre encuentre solución a esta situación apocalíptica.

El símil de esta dulce sandía imaginaria, representa nuestro planeta Tierra que los grandes e insaciables jeques del petróleo quieren extraerle hasta la última gota de ese repugnante "oro negro", principal causante del cambio climático, sin mencionar los millones de enfermedades que les está causando a la humanidad. Claro que esto no les importa. Solo le importan los miles de millones de barriles diarios que sacan de las profundidades marinas, lo cual hace que la Tierra esté perdiendo su propio peso específico, alterando de esta forma el péndulo de nuestro reloj universal.

Mientras nosotros, que sabemos que estamos viviendo en la parte final de los tiempos, el Todopoderoso pondrá muy pronto fin a esta situación. Igualmente nos dice que él arruinará a todos los que están arruinando la Tierra (Revelación, 11:18).