Se nos dice constantemente que disminuyamos el uso que hacemos de los plásticos. Como individuos, podemos reducir nuestro consumo de plástico: podemos llevar cantimploras, en vez de botellas, o utilizar pajitas de aluminio reutilizables. Sí, podemos tomar estas decisiones, pero cuando entras en un supermercado lo primero que ves es plástico. La gran mayoría de alimentos y bebidas están envueltos en plástico. Si quiero ir a comprar, me encontraré que gran cantidad de mi compra llevará plástico.

Se puede comprar de una forma sostenible, pero no todo el mundo se lo puede permitir. Como individuos podemos cambiar nuestra manera de consumir, pero las empresas y las grandes cadenas de supermercados nos tendrían que ayudar a hacerlo. Si se quieren retrasar las consecuencias de nuestras acciones, hay que tomar iniciativas que incluyan a todas las partes de la sociedad. No podemos pagar justos por pecadores.