Reciclo hasta mi sombra mientras pedaleo en un coche solar. Ya ni siquiera fumo para que se enfríe el planeta. Todo el barrio recicla y paseamos en bicicleta. Más allá de las dunas nos bañamos en la playa. Luego leemos en el periódico la actualidad.

Parece que han bombardeado Irak con misiles balísticos. Habrá tregua en Libia porque con tanto humo ya no aciertan al disparar. China y Estados Unidos combaten en la red. Hong Kong quiere ser libre. El Congo y Somalia disparan al vacío. Corea del Norte lanza misiles al mar de Japón. Y en otros países, supuestamente civilizados, domina muy mala onda. Da igual que se reúnan en Madrid o en Tombuctú. Es utópico combatir el cambio climático mientras bombardeas Irak, Irán o las islas Kerguelen. La cabeza no te da para tanto. Te despistas. Es improbable mientras comes plástico. Complicado mientras respiras humo. O bombardeas, o luchas contra el cambio climático. Una de dos. A veces son cosas incompatibles. Todavía no se plantean reciclar los misiles en algo útil. Pero han encontrado un planeta habitable a cien años luz. ¿Quién dijo lejos?