A pesar de que vamos a pagar justos por pecadores, nos va a venir muy bien el gobierno del "apocalipsis" que socarronamente llama Sánchez. Porque a una sociedad tan encanallada y anestesiada, como la que vivimos, le va a venir de perlas que le caiga encima el brazo duro del comunismo para darse cuenta de que cuando se construye una sociedad de espaldas a Dios, se destruye al hombre. Y todos esos que, tan flamencos, presumían de ser de izquierdas, se van a tener que comer sus palabritas. Es necesaria una catarsis para caer en la cuenta de que el camino que llevamos no nos conduce más que a la autodestrucción: aborto, eutanasia, ultra-feminismo, ideología de género, fecundación in vitro, fornicación, consumismo, egoísmo, odio y por supuesto el "todo vale" (menos lo que no sea de mi cuerda ideológica, por supuesto). El régimen comunista va a ser un revulsivo contra toda esta falta de valores. Lo malo será que nos daremos cuenta cuando ya sea demasiado tarde y no haya remedio; como se han dado cuenta en Venezuela, en Cuba, en China, en Corea del Norte y en todos esos países con dictaduras comunistas de las que es imposible salir.

Pero, tranquilos, que, de momento, todo lo que pase, harán que parezca un accidente. Y ahora tragaremos. Después no.