Con la elección de Kais Saied como presidente de Túnez, este país norteafricano inicia una nueva e incierta etapa en su "Primavera Árabe", la única que llegó a cristalizar en un auténtico cambio de sistema político. La gran sorpresa no ha sido la elevada abstención sino la movilización de los jóvenes que han inclinado las urnas a favor de este veterano profesor de Derecho Constitucional, de 60 años. Sin contar con un partido propio, ni disponer siquiera de un programa político, Kais Saied ha conectado con una juventud que aspira a tener trabajo y a participar más en la vida pública. "El tiempo de la sumisión ha pasado", han sido sus primeras palabras, mientras prometía una drástica descentralización del poder regional y municipal para que los elegidos puedan ser revocados en cualquier momento.