Una manera inteligente de tomar decisiones que permite afrontar los problemas. De cómo Finlandia redujo la población sin hogar en un 35% da idea la táctica de proveer casa a quien la necesita, sin más.

La fórmula simple de sacar a miles de personas de la calle devolviéndoles la dignidad robada. O lo que es lo mismo: la casa como el punto de partida y no de llegada...

La clave no es la reinserción ni la desintoxicación como condición previa, sino que todo comienza con unas llaves. A partir de ahí, la vida de ciudadanos y familias sin hogar puede empezar mejorar, pero no antes.

Dicha clave descansa a su vez en un sentimiento solidario que se apoya en la conocida expresión "the finnish way" -la manera, el estilo finlandés-. A diferencia de otros países -España entre ellos-, Finlandia ha considerado un deber pagarles el alquiler con la ayuda social del Estado, al tiempo que ellos colaboran en tareas para la comunidad.

De modo paralelo, los complejos de vivienda se integran en los barrios mientras que los trabajadores sociales realizan su labor de apoyo.

Hoy en día, el país finlandés sigue disminuyendo su población sin hogar: en España hay más mujeres, más españoles y más familias sin casa -las mayores tasas se dan en Melilla y Ceuta, País Vasco y Galicia; mientras en Madrid crece más de un 25% desde el 2017-.

El futuro empieza con un manojo de llaves, no caben grandes dudas.