Soy pasajera habitual de la línea de Monbus Pontevedra-Santiago-Pontevedra desde hace varios años, tengo previo contrato firmado de servicio para dicha ruta y carné que me identifica. Me comprometí a comprar los bonos mensuales (siempre antes de que comience el mes), me cubre una ida y una vuelta para días laborables.

En la última huelga de transporte terrestre de Galicia, la compañía Castromil incumplió totalmente los servicios mínimos de mi ruta, teniendo que coger el tren en dichos días, para poder llegar a mi puesto de trabajo. Reuní toda la documentación (facturas de tren, factura de bonos pagados, fotocopia de carné de usuaria de Monbus en dicha ruta, publicación DOGA de servicios mínimos) interpuse reclamación en la Xunta Arbitral de Transporte de Galicia. El día de la citación, no se presenta nadie por la parte demandada, tras un periodo de tiempo, la Xunta me contesta que no tengo derecho a indemnización por falta de pruebas.

Reiteradamente sufrimos muchas injusticias por parte de esta compañía: solo puedes recoger los bonos en la estación de Santiago, si te incorporas al trabajo tras un periodo de vacaciones, te obligan a pagar un billete que no te descuentan del pago de los bonos y se niegan a darte la posibilidad de que puedas recogerlos en la estación de salida, modifican rutas y horarios según les convenga. Si existe overbooking, te dejan tirado en la parada y tienes que esperar el próximo, no refuerzan la ruta, cinturones que no funcionan, respaldos con el freno roto, aire acondicionado o calefacción incongruente la temperatura.

Ayer fue la gota que colmó el vaso. Me dispuse a coger el autobús de regreso, en la parada sita en la calle Rosalía de Castro de Compostela, (Santiago-Pontevedra, línea 6851, procedente de Ferrol), con salida de la estación a las 20.00 horas. Me subo, me validan el bono, el bus viene completo y nos piden a varios pasajeros y a mí que nos bajemos, que nos devuelven el dinero y que esperemos al siguiente. Los demás se bajan, me niego, me piden reiteradamente que me apee del bus, y reiteradamente me niego. Al menos que me pongan en ese mismo momento otro transporte. Tras varias llamadas que realiza el conductor (bus parado 10 minutos por esta causa y resto de pasajeros cabreados que también me piden que me apee, que por mi culpa llegan a casa, con procedencia el 90% de concierto de Ortigueira del fin de semana). El conductor dice en voz alta: esta señora se niega a bajarse, si me multa tráfico, todos son testigos de ello y que ella pagará la multa. El bus retoma su ruta, voy sentada en un escalón y llego al destino. Esta situación vivida es increíble. Promueven el transporte público, pero no cubren las rutas. Tengo miedo a represalias.