Un vecino de la aldea. Viejo para muchos y con mucha experiencia para otros. Todavía lee el periódico y anda a sus cosas. Le llaman "O tolo" porque es más fácil juzgar que escuchar. Cuida de una perra palleira que le acompañó fielmente durante casi trece años y que ahora va camino del ciclo de la vida. Para mí -y algún coleguilla- ese tío mayor es especial.

Fue un corazón latiendo en vida. Nos relató mil veces como con ocho años trabajaba a sol y sombra y con trece subió en barco rumbo a Venezuela. Nunca tuvo familia. La guerra civil le llevó por delante a sus padres y sus allegados y dice "Me cuidé a mí mismo". Aprendió de la vida la escuela básica y del trabajo el esfuerzo. Nunca se casó ni tuvo hijos ya que él se considera "huérfano del mundo". Recorrió el planeta entero e hizo de todo, desde carpintero, albañil y transportista a tocar " las 5 mismas canciones en un piano del restaurante de un hotel suizo" por comida y la voluntad, relata con temperamento.

Gran defensor de los animales. La perra que tiene la encontró tirada media muerta "con detalles escabrosos" y hoy en día ladra que parece un rotwailler. Asegura orgulloso que " vive mellor ca min e esta gordiña", sonriendo mientras llama por ella. No sé quién tendrá más cariño del uno al otro.

Es de carácter. Setenta años "cotizando" pasan factura. Nonagenario largo, la vida se le está menguando. Me gusta disfrutar de su conversación distendida: " Festas era ir tomar un viño, luxos ningún e iso de ir a praia era pa apañar ameixas(...), vacacións, iso que é? (se ríe). Carnet tiven pero coche nunca, teño a cartilla de embarque é unha foto con Franco cando fixen a mili pero do resto foi traballar, neno".

Y agradezco el apreciativo con un guiño y una sonrisa.