Una familia agradecida

Hace unos días perdí a mi madre. Sé que es ley de vida, que es algo natural, que iba a pasar, pero la experiencia que vivimos con ella los últimos meses escapa a lo cotidiano. Y a ello quiero dedicar este espacio.

Todos nos quejamos de nuestra Sanidad: las listas de espera, el poco tiempo que nos dedican? pero siempre obviamos que los primeros en sufrir esos problemas son las personas responsables de esa carga de trabajo. Los médicos piden más tiempo por paciente, las enfermeras y auxiliares reducir la ratio? pero estas quejas no las vemos, sus reivindicaciones no se tienen en cuenta y, a menudo, volcamos en ellos nuestras quejas por un sistema en el que solo unos pocos pueden decidir.

Es a esos profesionales a los que quiero alabar, a esas grandes personas que nos ayudaron para que ella tuviera una mejor calidad de vida. Gracias a ti, por ser el médico al que le importó su paciente, el que día a día se interesó por su estado de salud y bienestar; gracias a los residentes por ayudarnos en tus ausencias, manteniendo tu filosofía. Gracias a ti, por ser la enfermera para la que los turnos no significaban nada pues siempre que hizo falta aquí estuviste.

Gracias a ti, por ser la auxiliar con la que compartimos los cuidados diarios, la que se paraba a peinarla aún cuando ella ya no podía verse en el espejo...

Así que gracias de corazón, por permanecer y resistir en vuestras profesiones, por vuestra atención, cariño y dedicación, gracias por formar parte de nuestra Sanidad Pública. Gracias a todos porque, aunque llegasteis en los últimos meses de su vida, la tratasteis como si fuera parte de vuestra familia.

Que sirva esta carta como reconocimiento a la labor de los profesionales de la sanidad, a los que se pone en duda cada día, posiblemente por ser las piezas más visibles de este sistema, pero que ellos mismos luchan por dignificar. Unos profesionales que se merecen el apoyo, la protección y el reconocimiento de toda la sociedad.