Usamos el dicho "El dinero no da la felicidad" como quien dice "tanto marisco habiendo pan con lacón". No llena el marisco como el lacón, pero llena de sensaciones grandes momentos. Lo mismo pasa con el dinero: no da la felicidad, pues los grandes momentos de la vida, el nacimiento de un hijo, el disfrute de la naturaleza..., no se representan con dinero, pero siempre fue buen acompañamiento a un viaje inolvidable por el mundo, un vino con bouquet, un coche deportivo y un hotel con estrellas en el cartel, sin desmerecer una pensión, una caña y un coche sin más, pero despertar acompañado de una pantalla plana, un balcón a la Gran Vía y un buffet, contribuye a dar glamur y no resta felicidad.

Bien es verdad que nunca vi a un hombre rico infeliz renunciar al capital por conseguir la felicidad.

Sí supe de hombres sencillos renunciar a una vida feliz por poseer un montón de parné y que fue triste final, de apariencia, de ostentación, para quien solo hubiera necesitado familia para alcanzar felicidad.