Charles Darwin ya vivió los efectos de la contaminación. Quizás por eso se embarcó en el "Beagle". Comenzó hace más de 200 años. Hay carbón de la primera revolución industrial todavía flotando sobre la Polinesia. Londres es más saludable hoy que en la época de Dickens. No somos responsables de que aparezcan chupetes y botellas del 73 en las playas. No había formación.

Se desconocían las cualidades del plástico. Hasta hace bien poco, los termómetros eran de mercurio y el porcentaje de material reciclado era mínimo. Tú no produces la crisis climática. Te dirán que somos muchos y sobras. Pero eso es parte de la evolución demográfica. Burkina Fasso mantiene la natalidad y España la esperanza de vida. Positivo. Mejora la medicina.

Hasta ahora no te habían dado otra alternativa que desplazarte en coche convencional. Ese que hecha bocanadas de humo. Intenta comprar uno eléctrico si llevas suelto. Tú no has provocado las mareas negras. Tú no has llenado ríos, rías y lugares de metales pesados. Tú no vendes millones de productos plastificados en multinacionales. Las islas de plástico que flotan en el Pacífico no llevan tu nombre. Tú no expiras todo el humo de las macrochimeneas de una era, todavía industrial. Tú no construyes autopistas de 7 carriles para llegar a Las Vegas. Ni en mil vidas podrías calentar el clima como lo hacen EE UU, China, India o Rusia. Tú haces lo que buenamente puedes, pero no puedes resolverlo solo.