Se nos fue, todos los que con ella compartimos música, teatro, baile, poesía y sobre todo su amistad, lloramos la pérdida de tan admirable compañera y amiga.

Dedicó su vida a su familia y sobre todo a la música, hasta los últimos días, aún conociendo su fatal enfermedad, ensayando con su coro. De su esposo, esposa y compañera, para sus hijas, madre siempre atenta, para su nieto La Abuela, siempre delante y al pie del cañón.

¡Querida directora! En el cielo te esperan coros de ángeles para que sigas con tu gran pasión ¡La música! En un velero, en ese mar infinito, mientras emprendías tu último viaje, quizás sonaba en el viento la canción que tú misma compusiste.

"Ventiños, ventiños, ventos,

Ventiños do mar do norte,

cando tocades a morte

sodes ecos de lamento?

E o vento na vela ruxe, sopra é vento mareiro, dándolle a lancha empuxe? Isabel? nese veleiro"

Y un día, cuando el tiempo haya cicatrizado las heridas de tu ausencia, ese día sentiremos la alegría de haber compartido contigo tan inolvidables momentos.

Coro "As Zocas"