Escribo esta carta contestando a la de Antonio Sánchez Varela, publicada el sábado 8 de junio, con el título: Vóteme, señor perro.

Es obvio que a esta persona no le gustan los perros, cada uno es libre de opinar y tener los gustos que quiera pero siempre con respeto. No voy a mencionar como empezó la misiva porque carece de sentido, pero refleja muy bien el razonamiento que tiene dado lo que expone, "en los parques hay menos niños y más perros", debió de hacer un estudio exhaustivo de todos los parques de nuestra ciudad para aseverar tal afirmación.

Hay gente que no se ha enterado que los parques son para todos, e incluso que muchos dueños de perros piden parques exclusivos para ellos. Por desgracia a muchos adultos les hace gracia que sus hijos o sus nietos le tiren de las orejas a los perros, le cojan del rabo y otras agresiones, pero si el perro se molesta o gruñe, esos mismos adultos ponen el grito en el cielo, parece ser que ellos son solo objetos.

Es preocupante que aún haya este tipo de adultos porque si ni ellos están educados menos los niños. Todavía existe ignorancia sobre este tema, el perro es un animal de naturaleza pacífica, pero dependerá de qué sitio vaya a parar. Queda mucho por concienciar, a algunos dueños para que se responsabilicen, eduquen y protejan a sus canes, porque no todos los cuidan bien, y a ese grupo de gente para que se den cuenta que forman parte de nuestra sociedad desde hace miles de años, haciendo incluso un servicio a la comunidad que ni la mayoría de ciudadanos hacen: pueden ser perros lazarillos, perros de terapia, perros policía pudiendo morir en acto de servicio, detectan drogas, explosivos, cadáveres, ayudan en la búsqueda de desaparecidos, pero solo se les menciona porque orinan en los parques, cuando lo más desagradable es la gente que orina e incluso defeca en la calle dejando un olor repulsivo, y de eso no se dice nada.

Aquí el peligro no es que "de poco o nada sirve de los ingentes esfuerzos de humanización de nuestra urbe si finalmente estamos sufriendo una perronización pestilente", el peligro es la gente que con su mentalidad y acciones no permiten una convivencia en paz.