A veces nos posicionamos de forma arbitraria, es la actitud de una presentadora con una familia okupa, matrimonio con tres hijos pequeños, contraria a que vivieran en una casa cuyos vecinos, jubilados ingleses en Denia, protestaban. Su conclusión, que la policía actúe y más que menos, a la calle. A qué calle, a la suya no, ¿entonces?, quizás se refería a debajo de un puente, y con un biberón repartido entre tres, mientras usted se toma sola, ¿una mariscada para dos? Hay señores por derecho que distinguen entre okupas por desgracia y okupas de profesión. Resulta difícil empatizar con un asesino, pero, ¿con una familia con tres niños? La madre expuso que se vio en la calle con sus hijos y llegaba la noche, vio la ventana abierta y el piso vacío, entró, eso se llama ocupación pero también protección maternal, y si de este país vuelan millones y sigue en pie, algo falla si familias con niños se protegen en el piso de un banco y el Ibex se hunde y la bolsa quiebra. De acuerdo, ocupación no, quizás, ¿solución para todos, ya? El ser humano defiende por naturaleza a los suyos, con dinero si lo tiene, y como puede sino. Esto es así desde que hace miles de años una familia ocupó una cueva y llegó el lobo y comprendió que no eran lobeznos, pero sí, hijos de Dios.