En mi primera y última asistencia a la Fiesta del Choco de Redondela me quedé con las ganas de saber si los locales que allí estaban sabían cocinar el choco, o solo cobrar 9 euros por una ración de 4 euros de arroz sin sabor y mal cocinada, y preguntándome cómo podía ser que fuera la 30 edición. "Milagro de Dios Bendito", gritaban por las calles los que a esa carpa fueron.

En vez de fiesta de interés turística galega, el único interés era el económico de cuatro locales hosteleros faltos de creatividad, ansiosos por ganar mucho dinero a cambio de dar comida mala, vasos rotos y raciones de risa. Mejor sería que el Ayuntamiento gastara el dinero en cosas más provechosas y no lo despilfarre en aumentar la cuenta bancaria de cuatro mediocres y avariciosos hosteleros.

Si eso es una fiesta gastronómica, yo soy marciano.